Representantes de los chiringuitos de Burriana se desplazaron ayer hasta Valencia acompañados del alcalde, José Ramón Calpe; y el edil de Hacienda, Juan Fuster, para reclamar un aumento del horario de cierre y también un incremento de los metros de ocupación de la zona de dominio marítimo-terrestre. Hasta ahora, venían cerrando a las tres de la madrugada y, pese a que el Consell anunció el adelanto del cierre a la una y media, finalmente, y justo antes de Navidad, el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV), publicaba que se volvía al horario de la clausura de este tipo de instalaciones lúdicas estivales a las 3.00 horas.

La ampliación solicitada -los dueños están dispuestos a bajar el volumen a cambio de que se les permita clausurar sus locales más allá de la hora estipulada- se suma a la ganancia en metros que los negocios quieren tener lista para el comienzo de la próxima temporada de verano.

Aún así, los chiringuitos burrianenses han tenido que afrontar diversas denuncias por no cumplir el horario fijado.

Fuster señaló que “llevamos varias semanas reuniéndonos con los propietarios de estos establecimientos para tratar las cuestiones de la ocupación dentro de la línea marítimo-terrestre y el horario y parece que podremos solucionar ambos aspectos”.

De hecho, según explica el edil, desde la Conselleria de Gobernación “se nos han trasladado algunas fórmulas para que las estudien nuestros servicios técnicos y poder cerrar más tarde”. Y prosiguió: “Tenemos otra reunión prevista la próxima semana”.

El fin es “encontrar una solución que permita regularizar la situación de los negocios de manera más ventajosa, pero siempre respetando el descanso de los residentes, que también es un apartado muy importante a tener en cuenta”. Cabe señalar que estos locales de ocio ya hace varios veranos que superan una auditoría acústica e instalan unos limitadores de sonido, precisamente para evitar los ruidos excesivos.

El concejal Fuster apuntó que hay que valorar los dos intereses: “Por una parte, lo que históricamente es una actividad turística y un motor económico para Burriana, que da solución a un ocio muy demandado por los jóvenes, y, por otra, el descanso vecinal”.

En cuanto a la ocupación, Costas permitía ocupar hasta 150 m2 del dominio marítimo-terrestre pero, tras la modificación legal aprobada por el Gobierno, puede ampliarse hasta los 300 m2. H