La última jornada de las fiestas en honor a San Jaime de Orpesa estuvo marcada por las exhibiciones taurinas. A las 8.00 horas empezó la actividad con el encierro al estilo orpesino, con reses de Tomás Alejandro Tomaset. Como es habitual, a las 13.00 horas hubo una nueva entrada, esta vez con astados del hierro Miguel Parejo.

La ración taurina fue doble ayer, ya que no solo los mayores pudieron correr junto a los toros. Y es que los más pequeños disfrutaron de un encierro infantil, con hinchables. Los niños hicieron quiebros y recortes, emulando a los corredores de los encierros y a las estrellas de esta afición.

La actividad continuó por la tarde, con la exhibición de toros y vaquillas de la ganadería Miguel Parejo. Al finalizar, se procedió a la tradicional suelta de Bous de la Ribera. Vecinos y visitantes llenaron el coso, atraídos por el reclamo de ser la última tarde de tauromaquia de los festejos.

Por la mañana también se celebró la segunda edición de la regata San Jaime en el puerto deportivo. Al caer la tarde, el mercado medieval volvió a ser uno de los grandes atractivos de la jornada, al igual que la zona conocida como Encuentro de Tapas y Toros, uno de los lugares más concurridos durante la semana.

La plaza Mayor fue el escenario, a las 23.00 horas, de un baile amenizado por la orquesta Atlantic, que congregó a personas de todas las edades. A medianoche se encendió una traca corrida por varias calles de Orpesa. A continuación, junto al IES Torre del Rey se disparó un castillo de fuegos artificiales a cargo de Pirotecnia Tomás. Este fue el broche de oro a unas celebraciones que durante cinco días han sacado a la calle a los orpesinos gracias a la gran variedad de actos. H