Fanzara, un municipio antes desconocido para muchos, es ahora un pueblo museo, una de las capitales del graffiti internacional. Sus apenas 400 habitantes han visto, durante estos dos últimos años, como las antiguas paredes de sus casas renacían como inmensos lienzos de importantes pintores del llamado street art.

El festival MIAU Fanzara se ha convertido en un referente mundial para el arte al aire libre, que se renueva en cada edición, aunque, Javier López, organizador de estas jornadas que duran cuatro días, recuerda que “son solo la guinda de todas las actividades culturales que se celebran durante el año”. Eventos, como exposiciones y exhibiciones, que traen consigo una gran repercusión turística y económica para la localidad.

Bares, tiendas e incluso farmacias acogen a visitantes día tras día. Son los llamados “turistas de día”, como indica la alcaldesa, Ana María Pastor, que asegura que “se ven atraídos por las pinturas, pero se quedan por el sentimiento familiar que desprenden las calles”. Se trata de una repercusión que ha traspasado fronteras, pues este municipio recibe ahora a “ingleses, argentinos e italianos, que vuelven a lo largo del año, tras el festival, para participar en otros actos y visitar los murales de nuevo”, asegura Rafael Salisa, El Tito Rafa, dueño del Bar D’Abajo.

El pequeño pueblo de Fanzara, ahora más colorido que nunca, seguirá expandiendo el arte por sus paredes con la tercera edición de este festival. Encuentro que ha trasladado el amor por el arte moderno a los vecinos más mayores, que pasean orgullosos por sus calles, o mejor dicho, su museo. H