María Romero tomó ayer posesión de su nuevo cargo como concejala de Burriana, durante la sesión plenaria. De este modo, la corporación vuelve a tener 21 ediles, después de la renuncia de Inma Carda el pasado 30 de diciembre, tras ser nombrada directora general de Inserción Laboral. Hasta el consistorio se acercaron un buen grupo de compañeros de Compromís encabezados por Xavier Trenco, Águeda Micó, Mònica Álvaro o Maria Gràcia Molés, además de Baltasar Alarga, número 4 de la lista del partido quien, con su renuncia, permitió que Romero pasara a ser edila.

En otro orden de asuntos, durante el pleno se aprobaron, por unanimidad, dos mociones institucionales. En una se pide que Castellón sea zona libre de acoso escolar y en la otra se reclama a Costas que visite las playas del litoral castellonense, entre Burriana y Almenara, y lleve a cabo actuaciones en defensa de la costa que eviten la actual regresión.

Uno de los puntos más destacados fue el rifirrafe entre el portavoz del PP, Juan Fuster; y la concejala del PSPV Cristina Rius sobre las cuentas municipales del último trimestre del 2016. Fuster criticó que hayan sobrado 82.000 euros del montante de Servicios Sociales «por no haber sido capaces de ejecutar el 100% de la partida de ayuda de emergencia, mientras suben los impuestos». Por su parte, Rius explicó que no han hecho ningún gasto superior a lo que había presupuestado.