Todos a una... contra Alfonso Rus. Gobierno y Partido Popular en el ámbito nacional salieron ayer en tromba renegando del que hasta el sábado era su compañero de filas, y para alabar la inmediata reacción del presidente del PP en la Comunitat, Alberto Fabra, para instaurar la “ejemplaridad”, calificando los hechos de “vergüenza” frente a una persona que tacharon de “despreciable”. Solo el propio afectado fue la voz disonante, que ayer volvió a su tesis del “complot” de sus compañeros y de su inocencia.

El propio Alberto Fabra cedió todo el protagonismo a terceros, sin pronunciarse en el acto que celebró en el Real Casino Antiguo de Castellón para presentar el programa electoral del PPCV en materia social, después de que el domingo tomara la palabra personalmente, también en Castellón, para dar su versión sobre la decisión de fulminar al que hoy sigue siendo presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Xàtiva. Entonces dio dos claves: “Máxima ejemplaridad” en “el nuevo PP”, con lo que se desmarcaba de la gestión de sus antecesores en el cargo; y apartar a “quienes generan vergüenza”.

De esta forma, la postura del PP es unilateral en el asunto del presunto cobro de comisiones del presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, a través de la empresa pública Imelsa. Recordar que el detonante fue la filtración el viernes de unas grabaciones en las que presuntamente se escucha a Rus junto al cabecilla de la trama repartirse unos fondos. Todos al unísono precisamente cuando el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, estará hoy en Valencia.

Por boca del Gobierno habló la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, para defender que el PP “ha tomado medidas siempre que se han producido circunstancias” como las que afectan a Rus, y para apoyar que Fabra actúe con él “en la misma línea” que ha seguido el Gobierno de “lucha por la ejemplaridad”.

Y en clave orgánica, el portavoz fue el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, quien destacó la “celeridad” con la que Fabra y la dirección nacional del PP han actuado ante el “bochornoso” caso. “Todo lo que se podía hacer, se ha hecho”: suspender cautelarmente de militancia a Rus e iniciar un expediente disciplinario. De terminar en expulsión, se le “instará” a dejar las instituciones --quedan 20 días para elecciones--.

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ve “despreciable, condenable y absolutamente intolerable” el caso; y la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, tiene “absoluta vergüenza de haber compartido militancia con Rus”. También el presidente del PP de Castellón, Alfonso Bataller, se alineó con la tesis general y subrayó que deben “dar paso a un PP que no tenga sospecha de que todos sus miembros respetan la ley”.

Y no menos llamativas fueron las declaraciones de la que hasta ahora era una aliada, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien animó a Alfonso Rus a que “acuda a los tribunales a presentar las acciones judiciales que considere convenientes” si cree que las grabaciones son falsas. H