Memoricen su nombre: Pep Domingo. Es de Castellón y se hace llamar Nadar. Es su “nombre de guerra”, su marca de autor. La publicación de Papel Estrujado (Astiberri) le ha encumbrado como referente de la novela gráfica actual en España.

--Podría decirse que la novela gráfica vive hoy momentos de plenitud. Son muchas las editoriales que están apostando por este formato para reeditar clásicos y también publicar nuevas historias. Autores como Joe Sacco, José Carlos Fernandes, Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, Paco Roca, Alfonso Zapico… ¿Desde tu perspectiva, cuál crees que es la fórmula de tal éxito?

-Lo cierto es que no hay una única fórmula, sino una consecución de factores que han propiciado dicho cambio. Yo creo que lo principal es que el discurso del cómic y la dimensión social del mismo ha cambiado y se ha sofisticado. Una gran parte de los cómics ya no son vistos como un medio marginal y dirigido a un público concreto y hermético, sino algo con lo que puedes pasarlo bien y disfrutar, al igual que con un libro, una película o un videojuego. Eso es importante. No sé si el concepto de “novela gráfica” ha tenido algo que ver en este proceso --no creo en el poder sobrenatural de las etiquetas--, pero está claro que los autores jóvenes nunca podremos pagar el gran esfuerzo que han hecho los medios, las editoriales, las necesarias librerías especializadas o la pasión de personas y aficionados que han luchado por generar un nuevo discurso del cómic más maduro y plural, por atraer nuevos lectores y despertar nuevas sensibilidades en los propios autores, que hemos podido crecer y nutrirnos con obras realmente magníficas que antes no existían, sin desmerecer a los maestros del medio a quienes yo, personalmente, se lo debo todo. Por supuesto, esto implica que haya más espacios donde se pueden ver y comprar cómics, y es habitual que se codeen de igual a igual con cualquier libro o producto cultural impreso.

Por último, creo que las obras actuales ya no responden solo a las necesidades y al gusto de unos pocos lectores y editores, y el propio autor también se ha actualizado y se ha abierto más al mundo, se ha implicado con lo que cuenta y en cómo lo cuenta, de este modo tenemos a personas que provienen de diferentes campos y con diferentes aptitudes, orígenes y habilidades que comparten un medio en común y una pasión por contar historias, y eso lo enriquece y lo acerca a la gente.

--Aun siendo de Castellón, podría decirse que eres prácticamente un desconocido en tu tierra. Estudiaste en Barcelona, vives allí de hecho. A pesar de eso, formas parte de una generación literaria de aquí que está traspasando fronteras, como Robert Juan-Cantavella, Emilio Bueso, Ángel Gil Cheza, Javier Vicedo, Carlos Loreiro, Ana S. Pareja… ¿Eras consciente de llegar a tal punto, de aparecer en medios nacionales?

-Yo soy muy ambicioso en mi trabajo. Me lo tomo muy en serio, y siempre es de agradecer que tu obra cruce fronteras, por supuesto. Estoy muy agradecido a toda la gente que compra, lee y habla de Papel Estrujado (y lo que esté por venir). Ahora bien, eso es un incentivo (¡un incentivo vital!), pero no el fin en sí mismo. Espero que esto no parezca falsa modestia, seguro que quien trabaja con el corazón sabe de lo que hablo. Cuando estoy creando algo, no busco ni remotamente aparecer en tal o cual medio, mi máxima ambición se centra en hacerlo lo mejor posible, lo que viene después es secundario.

--¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte al dibujo, a narrar historias a través de una viñeta? ¿Cuáles han sido y son tus influencias?

-A mí me gusta mucho leer y siempre me ha gustado pensar y contar historias. Forma parte de mi identidad y lo hago sin darme cuenta. De alguna manera, me ayuda a vivir y a entender lo que me rodea, y además me entretiene y me hace feliz (aún cuando me trastorna). Mis influencias son demasiado variadas como para tratar de enumerarlas, como le pasa a cualquier hijo proverbial de la era postmoderna. Las influencias yo las concibo como los granos de arena en una playa. Llegan y se quedan, pero cuando llevan cierto tiempo depositados forman un todo y es imposible discernir de dónde viene uno u otro, simplemente han pasado por allí y se han quedado.

--Con Papel Estrujado

-Todo fue un golpe de suerte. Presenté un proyecto un poco improvisado a la ya inexistente beca Alhóndiga (Bilbao), que consistía en pasar un año en La Maison des auteurs (Angoulême) desarrollando este proyecto. Como digo, el primer borrador de la historia era poco consistente, aunque ya se atisbaban los rasgos principales de Papel Estrujado. Me llevó mucho trabajo convertir aquel borrador en algo sólido, y después la construcción de la historia fue una verdadera locura, sobre todo porque era mi primera historia larga y no tenía las herramientas conceptuales básicas para llevarlo a cabo sin volverme loco. Por lo que respecta a su publicación, fue lo más asombroso, ya que desde el primer momento --con la obra todavía en ciernes y con poco material decente--, hubo un par de editoriales que mostraron su interés y su voluntad de publicarme la obra. Fue un gesto de confianza que aprecio mucho.

--Una de las características que más llaman la atención de la obra es que muchos de sus personajes van en busca de la redención. ¿Por qué nos atraen tanto este tipo de historias donde los personajes necesitan liberarse, escapar, ser salvados?

-Personalmente, no tengo ni idea de por qué nos atraen. Pero sí creo que la culpa, la culpabilidad y la redención son imprescindibles para entender nuestro sistema ético y social, mal que nos pese a los que no tenemos creencias religiosas. Están ahí y aparecen en una forma u otra en casi cualquier historia que puedas contar. Son algo universal, porque tienen que ver directamente con valores tan abstractos como el bien o el mal.

--¿Estás inmerso en algún nuevo proyecto? ¿Puedes avanzarnos algo?

-Ahora estoy trabajando en un nuevo libro cuyo título es El mundo a tus pies. Se trata de tres relatos cortos e independientes sobre tres jóvenes españoles y la actual situación de crisis. Ficción con algún detalle autobiográfico. Es un tema peliagudo y desagradable, lo sé, con muchas aristas y puntos ciegos, un problema más serio de lo que puede parecer si nos basamos en cómo es tratado (o eludido, mejor dicho) por algunos medios informativos, y me siento con la necesidad de hablar de ello y de compartirlo. Es un drama tragicómico, y lo es para el futuro de este país, sin duda alguna. Espero que vea la luz a mediados del próximo año. Para después, estoy preparando el guión de una serie de ficción.

--¿Cómo definirías tu estilo? ¿Primero realizas el guión y luego los dibujos? ¿O a partir de un dibujo, de un esbozo, brota la historia?

-Soy muy tradicional en mi forma de trabajar: idea, guión, story-board, dibujo, texto, entintado, coloreado… nada innovador. Soy metódico, pero la inspiración de la idea primigenia puede llegar de cualquier parte, y sobretodo de dibujos, claro está. ¡Tengo que estar alerta todo el tiempo!