Que Castellón, y la provincia, es un territorio que nos tiene acostumbrados a la incertidumbre no es novedad. Contamos con estructuras (quizá no las que uno pudiera desear, pero existen), ideas y personas capaces de asombrar, de hacer de este rincón del planeta un lugar atractivo cultural e intelectualmente hablando. Sin embargo, siempre sentimos que falta algo. Digo esto porque contar con el primer museo en España dedicado exclusivamente al arte contemporáneo, como es el Aguilera Cerni de Vilafamés, y no impulsarlo como debiera hacerse, duele un poco. Ahora, con la llegada de Rosalía Torrent a la dirección del mismo, esperemos que todo eso cambie.

--A finales de la década de los 60 nacería una de nuestras joyas de la corona, el Museu d’Art Contemporani de Vilafamés Vicente Aguilera Cerni, emblema no solo de esta tierra sino del país, pues hay que recordar que fue centro pionero. No obstante, parece ser el gran olvidado o desconocido. Como nueva directora ejecutiva, ¿qué retos se has marcado?

--Tiene razón en que el MACVAC parece que está, hoy, alejado de la ciudadanía, y, lo que es muy significativo, de los mismos agentes artísticos (y entiendo por agentes desde los propios artistas hasta los críticos, investigadores y otros centros con intereses similares al nuestro). Sería muy prolijo explicar las causas, pues seguramente habría que señalar numerosos motivos, empezando por la no profesionalización del Museu. Me explico: un centro de estas características no puede prosperar sin que haya detrás un equipo de trabajo que se dedique exclusivamente al Aguilera Cerni. La dirección, igualmente, tendría que profesionalizarse, y no estar sujeta al voluntarismo, tal como ocurre actualmente.

Obviamente, esta profesionalización pasa porque se reconozca que el Museu tiene un valor extraordinario, tanto por su continente (el propio edificio) como por su contenido y también por su peculiar historia. Me da la impresión que ni desde lo público ni desde lo privado se tiene plena conciencia de lo que significan, para la historia del arte de nuestro país, las obras del MACVAC. Y también creo que se ha olvidado que es un modelo de museo absolutamente peculiar, un concepto inédito desarrollado por Vicente Aguilera Cerni y que encontró un apoyo inestimable en el entonces alcalde del pueblo, Vicente Benet. Solo por el concepto peculiar de este museo debería recibir un trato muy especial. No olvidemos que hoy el arte no solo son objetos, sino también ideas.

En el sentido anteriormente expuesto, uno de los retos que hay que afrontar es, en el futuro, profesionalizar la dirección del centro. Pero como esto no va a ser de hoy para mañana, hay que actuar para que sea más conocido, tenga una mayor implicación en la sociedad y que, en ese sentido, la sociedad se acerque más a él. También para que sea un referente en el mundo del arte, condición que nunca ha perdido pero que, como hemos dicho antes, parece que se ha diluido ante una oferta museística realmente profesionalizada.

Para esto hay que comenzar a planificar una serie de actividades que logren la proyección del Museu de Vilafamés hacia el exterior, programa que ya tenemos elaborado y que comenzará a activarse en julio, una vez realizado algo tan importante como el remozamiento del edificio y la resistematización de la colección.

--El centro reúne la obra de más de 400 artistas de todo el mundo, algunos de ellos grandes (absolutos) maestros. No obstante, sabemos que no es un museo al uso, pues las obras expuestas son cesiones de los propios artistas. ¿Cómo gestionar esa particularidad? ¿Se pretende una reformulación del centro, ampliar la colección de algún modo?

--Desde luego no fue un museo al uso el que creó Vicente Aguilera Cerni. Su personalidad y conocimiento artístico logró que decenas de artistas, muchos de ellos amigos personales, cedieran sus obras al centro. Con la peculiaridad de que podían ser sustituidas por los mismos artistas. Igualmente podían venderlas, si ese era su deseo. Actualmente hay obras en propiedad del MACVAC, otras cedidas por los mismos artistas y otras depositadas temporalmente por coleccionistas particulares o entidades. En los últimos días he tenido contacto con diversos creadores que me han manifestado su interés por cambiar la pieza que ahora tienen en el Museu, e incluso ceder permanentemente al centro la que tienen en la actualidad. Yo creo que este sistema, aun siendo complejo, debe mantenerse tal como se concibió en origen, pues da un protagonismo especial a los artistas, que son, junto a los propios visitantes, los protagonistas de todo museo.

Por otra parte, y respecto a la posibilidad de ampliar la colección, claro que éste sería mi deseo, dando cabida, también, a nuevas manifestaciones artísticas o cubriendo huecos en algunos concretos periodos artísticos. La antigua casa abadía se piensa acondicionar como espacio expositivo, y sería la prolongación natural del museo. No obstante, tal como están las cosas económicamente hablando, no creo que esto sea a corto plazo, aunque vamos a insistir en ello. En cualquier caso, iremos convocando puntualmente a artistas con el deseo de que quieran integrarse en este nuevo proyecto. No queremos perder la oportunidad de que algunos de ellos, que pueden comprender bien lo que significa el MACVAC, tengan obra en nuestra colección.

--Al margen de su carácter como “contenedor” de arte, ¿podría convertirse el Aguilera Cerni en un centro de producción artística?

--Pasamos de nuevo por el tema de la profesionalización. Un centro de estas características debería contar con una plantilla de personal. El voluntarismo suele tener fecha de caducidad. No obstante, en la medida de lo posible, vamos a iniciar una serie de actividades que, al menos, sitúen al Museu como animador cultural y de investigación: ahí está el primer curso de verano sobre viajes y museos, la vuelta de las exposiciones temporales, el proyecto de una revista, la convocatoria de unas nuevas jornadas de museos en el ámbito rural…

--Imposible evitar un tema arduo, como es el económico. Sin una subvención o ingresos, el mantenimiento del centro peligraría de forma considerable. Y no hablamos ya de la restauración de las obras que achacan el paso del tiempo. ¿Recibe el MACVAC suficientes ayudas, teniendo en cuenta lo que representa no solo a nivel provincial sino estatal?

--No, no recibe suficientes ayudas. Es así. No se me ocurren más comentarios. Vamos a intentar movilizar a entidades públicas y privadas, ojalá podamos convencerlas de que este espacio es único y que merece toda ayuda.

--Algo básico para la vitalidad y salubridad de cualquier museo es el visitante. Sin el espectador, una obra de arte no sería tal cosa. ¿Es el arte contemporáneo fácil de “consumir” por parte del público? Y, por otro lado, ¿cree que el Aguilera Cerni cuenta con las herramientas necesarias para darse a conocer, para atraer?

--En concreto, muchas de las obras que figuran en el Museu de Vilafamés no forman parte de ese arte como “objeto de ansiedad” del que hablara Rosenberg. Es decir, tienen un lenguaje que se ha hecho accesible al público en general, que logra apreciarlo sin mayores dificultades. Otras, sin embargo, son más complejas. Pero incluso el público no avezado establece una peculiar relación con las obras, seguramente por su magnífico diálogo con el edificio. Por otra parte, yo creo que la boutade ya no está de moda y que el vaso de agua del último ARCO no deja de ser una anécdota. Dicho esto, hay que hacer todo lo posible para que el público se encuentre cómodo en el museo, y esa comodidad pasa por saber qué está ocurriendo en cada sala. Tras el remozamiento del Centro, ofreceremos una clara información de las piezas expuestas, para facilitar el recorrido por el MACVAC. Esperemos con ello contribuir a un mayor conocimiento del Centro, a que resulte más atractivo, aunque en arte no es siempre estrictamente necesario comprender lo que ocurre, quizá solo sentir. En cualquier caso, el museo dispone ya de la ayuda de un grupo de personas que realiza actividades didácticas y efectúa visitas guiadas, un apoyo que debe no sólo mantenerse sino potenciarse. Es absolutamente necesario.

--Desde su perspectiva, ¿Castellón tiene nivel artísticamente hablando? Y si la respuesta es afirmativa, ¿por qué parece que seguimos supeditados a ese ‘trinomio’ Madrid-Barcelona-Valencia? ¿A qué se debe esa ‘fuga de cerebros’? ¿Existe un culpable?

--Castellón tiene nivel, y mucho. Creo que tanto tú como yo tenemos en mente algunos de esos artistas que se han marchado fuera. Pero también es cierto que muchos otros, igualmente buenos, se han quedado a trabajar aquí, para ellos quizá sea más difícil darse a conocer. De cualquier forma, el marcharse a “los centros” no es un fenómeno nuevo. Incluso en esta época de globalización parece que se impone la égida. El único culpable es el esnobismo de una sociedad que crea unos mitos alrededor de centros y periferias. Lo periférico, incluso semánticamente hablando, tiene unas connotaciones no del todo positivas. Lo saben, además de los artistas, quienes trabajan en otras actividades, por ejemplo en la misma crítica de arte, donde por cierto, en Castellón, hay muy buenos profesionales.

--¿Qué papel deberían jugar la Universitat o los medios de comunicación para promocionar el arte o los artistas de aquí?

--La Universitat cuenta con una galería de arte, Octubre, que ha expuesto a artistas de nuestra zona. Pero también del resto de España o internacionales. El que una galería programe, por ejemplo, a Regina José Galindo, pone en valor al resto de artistas que allí figuran. Yo soy partidaria de que una universidad apueste por lo de aquí y por lo de allá, estableciendo un diálogo que sin duda siempre es fructífero. Lo mismo ocurre en la sala de la Llotja, que ha optado por este mismo criterio, enfocado en la fotografía. Desafortunadamente la crisis ha ralentizado el movimiento expositivo, y en ese sentido, también se ha frenado la posible visibilización de un mayor número de artistas.

Respecto a los medios de comunicación, hemos de convenir en que el arte les interesa muy parcialmente. Seguramente los profesionales que os dedicáis especialmente a la cultura lo sabéis mejor que nadie. Por mi parte, solo te puedo decir que de momento el cambio de dirección en el Museu prácticamente no ha tenido ninguna repercusión, lo que es bastante significativo.