Un solitario gol de Negredo permitió al Castellón dar un paso de gigante para terminar primero de grupo y jugarse el ascenso a Segunda División B en las eliminatorias con los campeones. El apurado triunfo ante el Atlético Saguntino, unido a una nueva derrota del Atlético Levante --esta vez cayó en el campo del Ribarroja (1-0)-- deja a los albinegros en una situación inmejorable, con cinco puntos de ventaja sobre el filial granota con solo nueve por disputarse. Ni los más optimistas lo pensaban hace poco más de un mes, cuando el conjunto de Ramón María Calderé marchaba cuatro puntos por debajo.

El entrenador albinegro insinuó en la previa del partido que una vez finalizada la Copa RFEF y dado el buen nivel del equipo no variaría mucho el once con respecto al partido de Cullera. Dicho y hecho, solo el cambio obligado del lesionado Rubén Suárez, por el que entró Yagüe, al que se unió en el once Guille Vázquez tras cumplir el partido de sanción y que ocupó la vacante, no sin sorpresa, de Adrià Gallego, que fue uno de los descartes.

Pero apenas habían transcurrido cuatro minutos y medio de partido cuando Calderé tuvo que hacer más variaciones. Javi Selvas se lesionó solo en los isquiotibiales y su lugar lo ocupó Borja Gracia, que se ubicó en el lateral, pasando Juanra al eje de la defensa. Había qué ver cómo solventaba el Castellón este imprevisto.

Eran unos compases iniciales que para nada se parecían a los vividos en Cullera. El Saguntino estaba muy bien plantado sobre el terreno de juego, evitando que los albinegros pudiesen poner en práctica su mejor fútbol. Las acciones de peligro escasearon en ambas áreas. Los de Calderé apenas lanzaron dos veces entre los tres palos, con disparos de Castells a los 10 minutos y una falta botada por Canadell a los 35 minutos. El resto, balones colgados a Negredo y Yagüe, muy bien cerrados por la zaga romana.

El partido estaba siendo como ya imaginaba el técnico albinegro, con un rival muy motivado delante. Y consciente de que el juego tampoco podía ser muy brillante, debido, en gran parte, al terreno de juego, no se podían hacer florituras. Había que ponerse el mono de trabajo también para la segunda mitad, que el Castellón afrontó sabiendo la derrota de su rival directo. Fue así como plantearon unos segundos 45 minutos pensando en no cometer errores y buscar el gol en una de las escasas ocasiones.

delirio con el gol // Y sucedió. Un disparo de Pablo Suárez desviado por el portero lo aprovechó Negredo para remachar a la red. El Nou Camp de Morvedre estalló y los 800 aficionados albinegros saltaron de alegría. Había que aguantar y en los 15 minutos que restaban no hubo contratiempo. El Castellón encadenó su quinta victoria consecutiva y tiene muy cerca ser campeón de grupo. H