Dos trenes a toda velocidad, embalados, sin que ninguno quiera parar. Ni por orgullo. Con la confianza de arrollar al otro, si no se aparta de la vía. Así se encuentran esta tarde, a la hora de la merienda, cuando debería ser una cena de tres tenedores, Madrid y Barça en el primer clásico de la temporada. Vacío de la mala baba que le echaba José Mourinho, pero sin que haya perdido ni una gota de interés ni de morbo: por la racha de Cristiano (15 goles), por la amenaza de Messi al récord de Zarra, por el debut de Luis Suárez, que jugará unos minutos aunque persiste la incógnita de su titularidad y por el pasado blanco de Luis Enrique , que renunció a echar carbón a la caldera de las pasiones.

Por una vez, la carga futbolística se antepone a toda la polémica, así de lanzados van culés y merengues. Aunque el crédito azulgrana anda en juego tras la derrota ante el PSG en la Champions, la única de la temporada, así como la duración del récord de Claudio Bravo (no ha encajado un gol en 8 jornadas) y el de Zarra, que Messi batirá si anota dos. No se parará el partido ni habrá homenajes. Luis Enrique sacrificaría los dos récords a cambio de volver con los tres puntos. Y esa idea transmitirá al grupo.

MAYOR IGUALDAD // Tan sólida es la trayectoria del Barça como fulgurante la del Madrid. Las brumas iniciales se disiparon rápidamente. Suele suceder en Chamartín: los disgustos se entierran con rapidez, a diferencia de lo que pasa en el Camp Nou, donde cada derrota se analiza del derecho y del revés. Las tres del Madrid (en la Supercopa y la Liga con el Atlético y otra en Anoeta) están enterradas en el baúl del olvido. Los festivales que dirige Cristiano (ocho victorias consecutivas con cuatro goles de promedio) elevan el volumen del grito que hoy atronará en el Bernabéu.

“A por ellos”, dijo ayer Luis Enrique. “A por la pelota y a por el partido”. Ese es el lema del Barça. El Bernabéu que visitará Luis Enrique con traje y canas no es el mismo que conoció como futbolista azulgrana. “Hay un mayor respeto por los títulos que se han ganado desde entonces y la manera como se han ganado”, reconoce Luis Enrique, para quien “los clásicos tienen que ser calientes”, defendió el técnico.

No le hizo falta responder si algún día entrenaría al Madrid, en contraposición a Ancelotti, que primero ironizó con que él no pregunta a los jugadores antes de sustituirles y luego dijo que nunca dirigiría al Barcelona.

RESPETO A ANCELOTTI // “Le tengo respeto como exjugador, como entrenador y como persona”, explicó Luis Enrique, reconociéndole “el derecho a bromear”. “Me sigue cayendo muy bien”, insistió.

La distensión de ayer en Can Barça desaparecerá hoy, cuando los jugadores conozcan quiénes viajan a Madrid. Luis Suárez tiene el billete de avión garantizado. “Tendrá algún minuto seguro, porque es una efeméride importante y una manera de incorporarse al equipo”, explicó, sin querer precisar si aparecerá en el once titular. Ni él ni nadie.

INTERVIENE EL PSICÓLOGO // Luis Suárez no ha necesitado ningún aviso sobre lo que se encontrará en el Bernabéu. El psicólogo, Joaquín Valdés, ha intervenido con mayor incidencia esta semana. “En este partido las emociones te pueden jugar una mala pasada”, admitió Luis Enrique. Pero la filosofía en el campo no cambiará.

“Jugaremos con el mismo estilo, la misma mentalidad desde que hemos empezado esta temporada de tener el balón. Iremos a por él”, explicó, sin perder de vista que deberán evitar las veloces transiciones del Madrid y la temible pegada de su delantera. El choque de dos trenes. H