La policía en el portal de la vivienda, los vecinos indignados en la calle, el prestamista esperando el piso, Carmen Martínez Ayuso creyendo que vivía una pesadilla y Paco Jémez sin dar crédito a lo que sucedía en el barrio de su equipo, en Vallecas, a poca distancia del estadio, donde corre el mismo aire que respiran los jugadores del Rayo. “No íbamos a quedarnos parados. Lo peor que le puede pasar a una familia es que la echen de su casa”. Y por eso el técnico rayista se dijo: “Vamos a ayudar a Carmen”. La historia tiene más peso solidario que deportivo, pero sirve para demostrar que muchos deportistas, más allá de la camiseta, más allá del músculo, de las tácticas y de la competición, tienen corazón y se preocupan de los demás... En este caso, de Carmen Martínez, 85 años, vecina de Vallecas desde hace medio siglo, y que decidió avalar con su piso el crédito que su hijo solicitó a un prestamista particular al separarse y poco antes de perder el trabajo: 40.000 euros iniciales que con los intereses han alcanzado los 70.000. El dinero no lo pudo devolver. “Una madre siempre está dispuesta a ayudar a un hijo”, explicó el técnico.

“Nosotros --la plantilla-- vamos a pagar el alquiler hasta que llegue la ayuda institucional. Lo que quieran hacer o no los demás es cosa suya. Lo hemos hecho con la mejor intención del mundo”, añadió Paco Jémez. H