3EL DESARROLLO de partido se puede simplificar en cinco errores que marcan el resultado en San Paolo. El 2-0 que campeaba a los 17 minutos no era una consecuencia del juego del Napoli, y hay que achacarlo a un par de pésimas jugadas del Villarreal.

3error número 1. A los 4 minutos, una falta de comunicación entre Cannavaro y Aronica propicia que este derribe a Nilmar, que iba solo a la carrera. El espíritu de la norma podría llevar a la roja, pero la distancia a la portería es mucha y el belga no se quiso mojar. Error local no aprovechado.

3error número 2. Saque de banda muy arriba, los amarillos en la inopia y en el cambio de orientación Zapata resbala y el balón le cae a Hamsik, un especialista en

finalizar lo que cae suelto. 1-0, error aprovechado por el rival.

3error número 3. Con el equipo saliendo, Marcos Senna pierde la pelota en la medular. El cuero sale rechazado hacia atrás para la portería entre Lavezzi y Gonzalo Rodríguez. El central del Submarino amarillo parece que lleva la ventaja en un principio, pero está excesivamente lento. El punta del Napoli le gana la mano y es derribado en el área por el argentino. Penalti claro y gol. 2-0, error aprovechado por el rival.

3error número 4. Minuto 32, Cavan se suicida en una cesión atrás y Nilmar, solo ante De Sanctis, tal vez se precipita al rematar, porque puede intentar forzar la expulsión del portero y el penalti. Error local, no aprovechado.

3error número 5. El prejubilado De Bleeckere no ve el penalti que el colombiano Zúñiga comete delante de él al derribar al amarillo Nilmar. Toca balón pero tras voltear al brasileño.

3volvamos a un guión que, hasta el 2-0, era de poder a poder. El Villarreal salió con personalidad, moviendo bien la pelota y buscando rápidamente la movilidad de sus puntas. El Napoli no pasaba por encima de nadie.

3penalizado por los propios fallos, el Submarino anduvo algo atolondrado. Los italianos aprovecharon para quitarle vértigo al juego y priorizar el estar bien posicionados defensivamente.

3no esperó garrido al entretiempo y modificó el dibujo inicial. Javier Camuñas como tercer atacante, con Bruno Soriano de central y tres por dentro, y el Villarreal se fue a buscar descaradamente una portería que, por desgracia, nunca identificó.

3toda la segunda parte fue un monólogo amarillo. El Submarino fue un equipo que no perdió la cara pero que acabó lastrado por sus errores en defensa y la falta de puntería. El Napoli, en el segundo tiempo, tiró de una filosofía tan legítima como mediocre. Se metió en la madriguera y se limitó a despejar el peligro. H