Unos pocos centímetros, los que estuvo más adelantado Pina que su defensor en el remate que envió a la red de Rulli a dos minutos para el final, mantuvieron la golitis aguda en el Submarino, esa dolencia que ha anulado la efectividad de los amarillos en las últimas siete jornadas de Liga --solo un tanto de penalti--. Ayer, ante la Real, el gol volvió a ser esquivo con los de Marcelino, que, por lo menos, sumaron un punto que puede ser vital para obtener ese billete europeo. Este mediodía --tras el Málaga-Depor-- se sabrá si hay que defender cuatro, seis o, en el mejor de los casos, siete puntos en cinco partidos.

Al Villarreal le costó entrar en el partido. Los de Marcelino tenían motivos para extremar su cautela ante una Real Sociedad que pronto mostró cuál sería su línea de acción: los balones largos a Carlos Vela. El Submarino estaba sobre aviso y el mexicano del conjunto donostiarra no pudo sorprender. Le ganó claramente la primera carrera a Jokic, pero ya no volvió a irse por piernas. Solo su habilidad para forzar faltas en la cercanía del área de Asenjo podía ser motivo de preocupación.

Los amarillos fueron de menos a más, aunque tampoco sin demasiadas alegrías. Cada exceso en ataque provocaba la respuesta de la Real, pero los donostiarras evidenciaron anoche que, como el Villarreal, no andan sobrados en este tramo de Liga, ni de fuerzas ni de talento. Así, los de Moyes se perdían en protestas --reclamaron un penalti de Jokic sobre Xabi Prieto, inexistente-- mientras los amarillos iban ganando terreno gradualmente. La presencia de Jaume Costa en el centro del campo permitió sellar el pasillo derecho de la Real, mientras que Trigueros, Pina y Jonathan se adueñaban de la zona ancha.

La recta final de la primera mitad se convirtió en un aluvión de llegadas del Villarreal, con especial protagonismo para Pina. El mediocentro amarillo ya avisó con un cabezazo que se fue muy cerca del larguero (minuto 21) y repitió con la testa en el minuto 40 para forzar a Rulli a hacer una de sus paradas del partido. Porque fueron varias del portero argentino. Instantes antes de evitar el gol de Pina voló para evitar un golazo de Manu Trigueros, que llegó a la frontal del área para conectar con su bota derecha un pase atrás de Campbell. Los amarillos, como ante el Córdoba, volvían a hacer internacional a un guardameta rival y desaprovechaban la ocasion de encarrilar el partido antes del descanso.

Todo se complicó un poco más en los segundos 45 minutos. Marcelino se vio obligado a remodeler muy pronto su once. Dorado, con una sobrecarga en los gemelos, no pudo aguantar. Como había venido ensayando durante la semana, Mario pasó al centro de la zaga y Rukavina se incorporaba para ocupar el lateral diestro.

gol anulado // El Villarreal bajó una velocidad. El centro del campo ya no encontraba con asiduidad a los de delante, algo que se agravó cuando se fue Gerard. Era la respuesta de Marcelino a los minutos de mayor agobio de la Real, que estuvo cerca del gol en una falta directa lanzada por Granero (min. 58) y en un cabezazo de Íñigo al que respondió Asenjo.

El técnico amarillo rectificó poco después ofreciendo el debut en Primera a Fran Sol, pero, para entonces, la Real Sociedad ya había igualado definitivamente un choque en el que los porteros dirían la última palabra. Primero Asenjo, para justificar por qué es uno de los elegidos para el relevo generacional en la portería de la selección. Su paradón ante Chory Castro, antológico (min. 82). Por desgracia para el Villarreal, Rulli también dijo la suya cuando no había opción para una posible reacción. El argentino y el palo evitaron el gol de Mario. H