La base de las ensaladas son las lechugas, pero los acompañantes pueden ser muchos y variados. En principio, otras verduras y hortalizas serán los más clásicos en todas las ensaladas como tomate, zanahoria, cebolla, aceitunas variadas, patatas, guisantes, pimiento, espárragos, encurtidos, etc. Pescados en conserva o en salazón como el atún, las anchoas, la mojama, el bacalao, el pulpo o el salmón son habituales en las ensaladas, así como los huevos duros o los aguacates.

ADMITEN CASI TODO

Las ensaladas modernas o clásicas admiten casi todo. Las carnes en frío, y algunas calientes, son buenos acompañantes. Las más habituales son las codornices y perdices en escabeche, el pollo, el jamón serrano y de pato, conejo o liebre, bacon, etc. Hay ensaladas que apuestan por el contraste con frutas como los arándanos, moras, higos, uvas, fresas… También se utilizan pescados y mariscos como langostinos, mejillones, almejas, dorada…

ACEITE, SAL, VINAGRE Y…

Para acompañar las ensaladas hay tres productos básicos: el aceite, la sal y el vinagre. A partir de aquí podemos añadir pimienta, hierbas aromáticas, frutos secos y fritos enteros, a trozos o majados, ajos, reducción de vinos dulces, miel, jugos de mariscos extraídos de las cabezas o los caparazones, etc. Para construir una vinagreta y ligarla hay que majar los ingredientes, añadir los líquidos y utilizar una batidora pequeña para montarla.