Cal Paradís se alza como el paradigma de la restauración y la gastronomía provincial tras la obtención de la primera Estrella Michelín para Castellón. Un galardón que suma al Sol de Repsol que ya tenía y al nombramiento de Restaurante Revelación de la Comunitat Valenciana que logró en el 2013 y que encumbran al chef Miguel Barrera, que dirige el afamado restaurante de Vall d’Alba junto a su esposa, Ángeles Ribes.

Ahora, el jurado del certamen Empresa del Año quiere sumarse a estos reconocimientos a la pasión, dedicación y savoir faire de Barrera y ha decidido proclamarlo finalista del prestigioso concurso empresarial.

El laureado cocinero ha dedicado toda una vida a la investigación y la innovación gastronómica con los ingredientes y sabores tradicionales como base de sus platos. “Es una cocina con una base tradicional a la que aporto un toque personal, con productos del terreno. De hecho, yo tengo mi propio huerto. Sobre todo, intento que sea una cocina sencilla, limpia y elegante”, explica.

DINAMIZAR EL SECTOR // El 20 de noviembre del 2013 Barrera conoció que su trabajo había sido reconocido con una Estrella Michelín en la multitudinaria y mediática gala que se celebró en el Museo Guggenheim de Bilbao. Un premio que sirvió para valorar el trabajo y servicio de Cal Paradís y, de forma paralela, para situar a la provincia en el mapa de la mejor gastronomía nacional. “En Castellón se come muy bien porque aquí hay gente que trabaja muy bien y en serio. No tenemos que desmerecer a Valencia, Alicante u otras tierras con una gran cultura gastronómica, pero aquí tenemos que creérnoslo porque no damos importancia a lo nuestro. No sabemos valorarlo ni venderlo de cara a los visitantes y eso es importantísimo para poner en valor nuestra tierra”, matiza el chef castellonense.

EL ORIGEN // Barrera nació en una masía del interior, el Pou de Beca. La casa rural, con su característica actividad agrícola y ganadera, es un reservorio de prácticas inmemoriales, de costumbres y de sabores que Miguel Barrera lleva incorporados a su código genético. Aprovechando que sus padres ya tenían un restaurante en el mismo emplazamiento, decidió ofrecer en Cal Paradís lo que había aprendido en la Escuela de Hostelería de Castellón, aderezado con su poderosa intuición.

El resultado ha sido llevar cinco años seleccionado por la Guía Michelin (y nominado para una estrella en el 2014) y haber sido galardonado como el Mejor Restaurante de la Comunitat por la Academia de Gastronomía en el 2012. Una carrera que más allá de los reconocimientos le ha valido la satisfacción de labrarse un nombre propio en el mundo de la restauración y que ahora llevan al jurado del certamen Empresa del Año a considerar su presencia imprescindible en el catálogo de empresas finalistas. H