Aunque el ahogamiento es un tema que, por desgracia, todos los veranos está a la orden del día, no debemos olvidar que el ahogamiento es un proceso que produce un impedimento respiratorio primario por inmersión en un medio líquido. De acuerdo con esta definición, ahogarse no connota muerte. Se dice que una persona se ha ahogado cuando fallece por asfixia dentro de las primeras 24 horas y se aplica el término de seudoahogamiento para aquellos que sobreviven más de 24 horas.

El doctor Manuel Cubedo, médico intensivista y jefe de la Unidad de Críticos del Hospital Provincial, añade que “la muerte por ahogamiento puede ser húmeda, cuando existe broncoaspiración de agua, o seca, producida por asfixia por laringoespasmo previo sin aspiración de agua”.

Las causas del ahogamiento pueden ser múltiples. La incidencia en función de la edad presenta tres picos: menores de 5 años, adolescentes y ancianos. Otros factores determinantes son el nivel socioeconómico, el clima del país o región, la geografía, etc. El doctor Cubedo señala que “cerca del 50% de las personas fallecidas no recibieron asistencia médica”.

El ahogamiento es la causa más frecuente de muerte accidental entre los niños por descuidos en bañeras o caídas en piscinas privadas. Es la segunda causa más frecuente de muerte accidental entre personas menores de 20 años. Los ahogamientos se producen a menudo por la práctica de deportes náuticos y por accidentes de navegación.

El doctor del Hospital Provincial afirma que “constituyen grupos de riesgo las personas con enfermedad cardíaca previa y con antecedentes de epilepsia. El baño, sobre todo en agua fría, y el ejercicio asociado pueden desencadenar arritmias graves, siendo la muerte súbita, la causa del ahogamiento”.

El consumo de drogas, especialmente el alcohol, aumenta el riesgo de ahogamiento.

PREVENCIÓN

La prevención es la medida más eficaz para disminuir el número de ahogamientos. Es fundamental cumplir las normativas sobre vigilancia y funcionamiento de piscinas públicas y playas, uso de chalecos salvavidas en transportes marítimos y en determinados deportes náuticos, así como editar medidas sobre protección de piscinas privadas. Es importante fomentar cursillos de natación, sobre todo para niños pequeños, y emprender campañas formativas en colegios y centros de recreto para disminuir de manera significativa el número de personas ahogadas. H