La lluvia, ya fuera en presencia o bajo la amenaza de negros nubarrones, marcó la jornada de ayer jueves del Arenal Sound. El día amaneció con una temperatura muy inferior a la de jornadas precedentes, por lo que dejó dormir a los sounders más de lo habitual en sus tiendas de campaña. Algunos trataron de mantener sus costumbres y así decidieron ir a la playa a pasar la mañana. Pero el viento, que prácticamente impedía estar sobre la arena, les hizo desistir de esta intención.

Lo hizo más incluso que las finas gotas de agua que cayeron alrededor de la una del mediodía. Ellas escondieron los bañadores y biquinis por el paseo marítimo bajo las camisetas. Los más frioleros incluso se pusieron los chubasqueros para ir a hacer la compra ante la posibilidad de lluvia.

Aunque las nubes amenazaron durante toda la jornada, el día transcurrió con unas temperaturas bastante más agradables que otros días precedentes. Eso sí, hubo menos sol. Pese a ello, los sounders no dudaron en seguir su rutina, incluida la de pegarse una buena ducha y cambiarse de ropa a última hora de la tarde para cenar y disponerse a disfrutar de la primera gran noche del festival.

Una noche que abrió en el escenario principal, el Desperados Stage, uno de los grupos que se ha hecho grande en el Arenal Sound, casi al mismo ritmo que el propio festival, y que arrastra a una gran cantidad de público gracias a esa conexión que mantiene desde su primera aparición. Con La Pegatina, los sounders, en lugar de refugiarse de la fina lluvia, prefirieron saltar y bailar con sus ritmos mestizos. Hubo incluso quien lo hizo en los charcos que se formaron en el recinto de festivales. Y es que un remojón también es sinónimo de fiesta.