Otra vez un lobo solitario. Otra vez el Estado Islámico (EI). Otra vez el terror y otra vez Francia. Tres muertos y 16 heridos es el resultado del ataque y toma de rehenes perpetrados ayer entre las localidades de Carcasona y Trèbes, en el sur de Francia, por un hombre de 26 años, Redouane Ladkim, que fue abatido por la policía y que actuó solo.

En un guión ya conocido, el atacante estaba fichado por la policía por actos relacionados con la pequeña delincuencia, pero se radicalizó «en un tiempo muy corto», según reveló el ministro del Interior francés, Gérard Collomb, que se desplazó al lugar de los hechos.

«El hombre que ha llevado cabo el ataque de Trèbes es un soldado del Estado Islámico, que ha actuado en respuesta al llamamiento de la organización a golpear a los países miembros de la coalición contra el Estado Islámico», según un comunicado hecho público en Amaq, la agencia de propaganda del grupo yihadista. El atacante se había reivindicado él mismo como miembro del EI cuando irrumpió en el supermercado en el que tomó rehenes. Señaló que quería «vengar a Siria» y exigió la liberación de Salah Abdeslam, el único superviviente de entre los autores de los atentados yihadistas cometidos en noviembre del 2015 en París, que causaron la muerte de 130 personas.

Periplo sanguinario

El sospechoso comenzó su sanguinario periplo en Carcasona, donde robó un coche matando a un pasajero e hiriendo gravemente a su conductor. Luego hirió en la espalda a un policía, al que disparó mientras corría con varios compañeros. Posteriormente se dirigió a la pequeña localidad de Trèbes, a 10 kilómetros de allí y de solo 5.000 habitantes, donde asaltó un supermercado Super U tomando consigo a un grupo de rehenes, de los que mató a dos, un empleado del establecimiento y un cliente.

Según varios testimonios, el hombre entró en el supermercado al grito de «Alá es grande». «Un hombre gritó y disparó varias veces. Vi la puerta de una nevera. Éramos una decena de personas y nos hemos metido allí, donde hemos estado una hora. Después hemos podido salir por la puerta de emergencia de atrás», contó una mujer a Franceinfo, informa France Presse. Al parecer iba armado con cuchillos, granadas y una pistola.

Las fuerzas de seguridad lo abatieron en el asalto al supermercado, en el que también resultó herido grave un gendarme, la única persona que al final retenía. Este gendarme se había cambiado de forma voluntaria por una rehén, según subrayó el ministro Collomb, que destacó este acto de «heroísmo». El policía no solo asumió ese riesgo, sino que entró en el supermercado con su teléfono móvil y dejó la línea abierta pera que los agentes que se encontraban en el exterior pudieran escuchar en directo lo que ocurría dentro, lo que facilitó el asalto final.

Súbita radicalización

«Lo habíamos seguido y pensábamos que no se había radicalizado, pasó de repente, una vez ya había sido vigilado», explicó el ministro del Interior, recordando que el riesgo de atentado terrorista es «extremadamente fuerte» en Francia. Desde Bruselas, el presidente francés, Emmanuel Macron, subrayó que desde hace meses Francia «sufre una amenaza endógena. Se trata, dijo, de individuos que «pueden estar influidos por el EI u otras fuerzas exteriores» y no de «ofensivas dirigidas desde la zona de Irak y Siria».

También en la capital belga, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, expresó su «conmoción» y expresó su «pleno apoyo» a Francia, un país que permanece todavía traumatizado por el recuerdo de la serie de atentados que entre los años 2015 y 2016 causaron 241 muertos y cientos de heridos. Macron adelantó su viaje a París desde la cumbre de Bruselas para presidir una célula de crisis. Ya en la capital francesa afirmó que pondrá al servicio de los investigadores «todos los medios» necesarios para aclarar «cuándo y cómo» se radicalizó este terrorista.

El último ataque mortal en el país se produjo en octubre del 2017 en la estación de trenes de Marsella, cuando un tunecino de 29 años mató a cuchilladas a dos primos antes de ser abatido por la policía. Es además la cuarta vez que el terrorismo yihadista recurre a la toma de rehenes en Francia desde el 2015.

El mayor y más trágico episodio de este tipo fue en la oleada de atentados de noviembre del 2015 cuando tres asaltantes irrumpieron en la sala de fiestas Bataclan durante una actuación de la banda estadounidense Eagles of Death Metal.

En esa sala de fiestas murieron 89 de las 130 personas cuyas vidas se vieron segadas en aquella noche trágica que comenzó en el Estadio de Francia y continuó en varios bares de la capital. «La amenaza está en todas partes», recordó Collomb, en Trèbes, la pequeña localidad de 5.000 habitantes escogida por el terrorista del Estado Islámico.