Diecisiete posibles rivales, que, minutos después de las cinco y media de esta tarde, dejarán paso a uno. Ese rival, el que depare el sorteo de la fase de ascenso a Segunda B en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, será el último obstáculo en el camino de retorno del Castellón hacia la categoría de bronce, aquella que perdió hace cuatro años por motivos ajenos a los destinos de un balón, aunque los albinegros, en su condición de campeones de grupo, todavía gozarían de una segunda oportunidad, en caso de no superar la eliminatoria a celebrarse en los próximos dos fines de semana. Un escenario que, ahora mismo, nadie contempla.

OTRO PANORAMA // Nada tiene que ver este momento con el de hace dos años. Entonces, un grupo de jóvenes e inexpertos jugadores (la mayoría, canteranos), comandado por Fernández Cuesta, ya metió al Castellón en la promoción, pero su condición de cuarto clasificado y las carencias de aquella plantilla no invitaban al optimismo. La realidad fue que el sueño del ascenso se esfumó en la primera criba. Ahora, las expectativas son mucho mayores, entre otras cosas porque los albinegros llegan en una inmejorable situación y después de completar siete meses de escándalo, una vez hubo que corregir el rumbo de la nave sobre la marcha.

La certificación matemática del primer puesto a dos semanas de bajar el telón de la liga regular ha permitido al Castellón, además, encarar el play-off en óptimas condiciones. Ha habido margen de maniobra para despejar la amenaza de las tarjetas, para dosificar minutos e, incluso, para que los lesionados se recuperasen, sin prisas pero sin pausas, de sus percances. Sin embargo, tampoco ha habido tiempo para la desconexión, a pesar del empate en Muro y la intrascendente derrota de ayer contra el Ribarroja.

El club, además, ha aprovechado estos 15 días para un primer análisis del resto de campeones de grupo. Diecisiete es un número lo suficientemente amplio, con lo que el muestrario de posibles rivales contiene adversarios que hay que evitar a toda costa, pero también más asequibles, aun respetando al que ha acabado el primero después de nueve meses de competición.

CUESTIÓN DE LISTAS // Los deseos son coincidentes, en la inmensa mayoría de quienes los hayan proyectado. No hace falta muchas razones para explicar el por qué hay que evitar, a toda costa, a Pontevedra, Mérida, Linares o Algeciras. En el otro extremo, Condal, Laredo, Formentera, Arandina o Peña Sport, los más modestos, aquellos por los que el albinegrismo suspira. Y si la vuelta tiene lugar en Castalia, ya sería miel sobre hojuelas.

En medio, una amplia lista de equipos con los que habría que tener cierto cuidado. Con todo, cualquiera de estos conjuntos, incluso aquellos que representan un mayor peligro aparente para los orelluts, también estarán cruzando ahora los dedos para ver al Castellón bien lejos... H