cansados, pero con la satisfacción del deber cumplido. De haber disfrutado de unas fiestas de la Magdalena que apuraron sus últimas horas con el Desfile Final en el que collas, Germandat dels Cavallers de la Conquesta, gaiatas y las reinas de las fiestas y su respectivas cortes de honor recorrieron al ritmo de la música y el baile las calles del centro hasta la plaza Mayor.

Alegría inmensa y júbilo, lágrimas entrecortadas por la emoción y un ambiente excepcional en todo el itinerario del cortejo hicieron que, como por arte, de ensalmo, se prolongasen las horas de la fiesta mucho más que el propio tiempo reglamentario. Asimismo, las bandas participantes en el Intersolfa aportó un mayor colorido y ritmo a un cortejo que fue disfrutado por grandes y pequeños en un alarde de inmenso jolgorio.

Cada una de las representaciones festeras fue recibida en las puertas del Ayuntamiento por el alcalde de la ciduad, Alfonso Bataller, que saludó personalmente a cada uno de los integrantes de los colectivos. Mientras, casi al mismo tiempo, centenares de castellonenses recorrían la traca final. Castellón era pólvora y nostalgia, evocación y viento, fiesta magdalenera que decía adiós a la espera de un nuevo año, el 2016. h