Los vecinos de la Vilavella se volcaron ayer con la celebración de la fiesta en honor a su patrón, Sant Sebastià. Las celebraciones fueron de caracter exclusivamente religioso desde la madrugada del mismo domingo, cuando muchos devotos velaron la imagen del santo, ubicada en las nuevas dependencias municipales.

A media mañana se inició el pasacalle, encabezado por las autoridades municipales, que discurrió hasta la vivienda de la reina de los festejos, Lydia Traver. Llegada la comitiva a la plaza de la Vila, se inició la romería desde el templo de la Sagrada Familia.

El párroco, Luis Oliver, portó en sus manos la sacra reliquia hasta el ermitorio del patrón. Estuvo acompañado por el canónigo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Vicente Borja. El acto contó con la presencia de las autoridades municipales, empezando por el alcalde, José Luis Jarque, junto a todos los miembros de la corporación municipal. Se les unieron el delegado del Consell, Joaquín Borrás, y el diputado provincial y alcalde de Nules, Mario García.

GRAN FERVOR // En cada acto religioso se reflejó la profunda devoción que los ciudadanos profesan a Sant Sebastià. Esto se hizo patente en muchos balcones, que lucieron engalanados con su efigie. La ermita, inundada de feligreses, también fue testimonio de este fervor religioso, así como la procesión. Durante la misma, que recorrió las calles de costumbre, los vecinos acompañaron en todo momento la imagen de su patrón hasta el templo.

Por otra parte, a mediodía se entregaron los premios de los concursos de fotografía, dibujo escolar, colombicultura y el literario Manuel Vicent. También se hizo entrega de los reconocimientos de méritos a las vecinas de localidad Trinidad Canós Vicent y Rosa Canós Vicent, ermitañas del ermitorio de Sant Sebastià. H