Un número marca su destino. Un talismán forjado en vivencias irrepetibles en el marco de las fiestas de la Magdalena con su gaiata, la de toda su vida. El 17, el ordinal de su comisión, Tir de Colom, y 2017, el año en que ha sido elegida reina de las fiestas de Castellón para el 2018. En la impaciente y jubilosa espera de la Imposición de Bandas, confiesa no tener tiempo para estar nerviosa. Desde que fue elegida reina de las fiestas en aquella calurosa tarde-noche de julio, los preparativos y los actos se han ido sucediendo en un carrusel de sensaciones y palabras bonitas. De pleitesía a su majestad.

Amable, cariñosa, locuaz y de dulce sonrisa, que ilumina los espacios y las estancias, Carla Bernat Pascual, califica su elección como «un regalo, lo mejor que me podía pasar en la vida; lo más bonito para cualquier joven castellonera». Y es que, en el país de los sueños castelloneros y en la entrega a las tradiciones, carla Bernat, --que antes de nacer ya pertenecía a la comisión del Parque del Oeste--, ha ido escalando peldaños en la escalera triunfante aderezada de los colores tornasolados de faldas y aderezos.

Fue madrina infantil (2004), dama de la ciudad (2005), colaboradora de la comisión tircolomera (2006-2009), madrina (2016) y dama de la ciudad (2017), en un amplio bagaje en el seno de una comisión que celebra su segunda reina (en el 2000, su hermana Sonia se convirtió en la primera componente del sector en lograr la ansiada banda verde), y ante ello, y por ello, los méritos son más que suficientes para sentarse mañana en el trono del águila bicéfala que la familia Mira de Orduña cede generosamente desde tiempo inmemorial para la Imposición de Bandas, un símbolo castizo de la esencia del arraigo castellonero.

Y en el conocimiento máximo de los festejos mayores de la ciudad, asegura rotundamente que los momentos que desea vivir como máxima representante de la ciudad son «el canto del último Pregó, dedicado a la reina, al término de la cabalgata del sábado anunciador del día grande de las fiestas, «y el llevarle flores a la Mare de Déu del Lledó» en la emocionante tarde de la ofrenda a la patrona de Castellón.

DEVENIR FESTERO // Reina gaiatera es consciente de la importancia (máxima y contundente) de las comisiones de sector. «Las gaiatas y su luz son la base fundamental de las fiestas, y yo he llegado a ser reina porque existen los sectores gaiateros», subraya esta joven de 22 años, estudiante de Relaciones Públicas y Publicidad a la que le gustará encarar su futuro profesional en el ámbito del protocolo, «y si es en el tema de las fiestas, mejor».

Joven de su tiempo, le encanta el cine, la música y las series de televisión, en esa fiebre que encandila a tanta gente con historias de ficción televisiva: «House, Friends, Anatomía de Grey..., son mis favoritas», indica Carla.

Y, en las horas previas al momento en el que la alcaldesa le impondrá la banda verde esmeralda, corona en clave castellonera de su reinado, se dirige a su ciudad para invitarla a «que disfrute plenamente» del nuevo ciclo festero. De una nueva aventura hacia el Castell Vell, que se consagra en el tercer domingo de Cuaresma. Palabra de reina.