Querido lector:

Han pasado 20 años desde que el velódromo de Benicàssim acogiera la novicia idea de celebrar un festival indie, de música independiente. Por aquel entonces nadie nos imaginábamos cómo iba a evolucionar. Ni siquiera si iba a evolucionar. Pero lo hizo y vaya que lo hizo. Aquel festival casi casero se convirtió después en el festival de referencia en España y en uno de los principales de Europa. Y acabó por traer a tierras castellonenses a cientos de miles de jóvenes británicos, movilizar a una industria turística benicense anquilosada en el turismo familiar, crear en Castellón y en España la cultura de los festivales masivos de verano y establecer el sello propio del estilo fiber en nuestra provincia, en nuestro país y en gran parte de Europa. Benicàssim se hizo por fin internacional y Castellón se instaló en el mapa tras dos décadas intensas.

El festival progresó, creció hasta límites impensables, se globalizó con estrellas mundiales... y tras evolucionar casi se nos muere. Por mil causas pero un solo causante. En 2013 estuvo a punto de desaparecer y quedó malherido... pero no muerto. Tras una operación inteligente, el promotor británico Melvin Benn se hace con él y en breves meses lo pone al día y programa un FIB casi iniciático, con las estrellas justas y con mucha gran promesa que pegará pronto en el mercado internacional, buscando el origen y casi volviendo a empezar. Eso sí, con un bagaje de valor de marca incontestable, con economía planificada, con un buen conocimiento del público y la música de las Islas, con el apoyo de un Ayuntamiento inteligente que directamente con la alcaldesa Susana Marqués al frente ha hecho las cosas que nunca se hicieron en su día en poco tiempo en materia de terrenos y de incardinación del festival con el empresariado benicense y con la franqueza de un promotor que reconoce la herida pero también el remedio para su renacimiento y viabilidad.

Hay mucha competencia, pero la medicina parece que se ha empleado a tiempo en su nicho de mercado. Para Benicàssim y Castellón es una buena noticia. El FIB vuelve.