La lógica se impone en la realidad social. Ante una situación de crisis tan persistente como la actual, aumenta el número de ciudadanos que pierde su patrimonio y que se ve obligado a solicitar ayudas económicas para poder sobrevivir. En la provincia de Castellón, los efectos de la recesión económica han disparado literalmente la solicitud de prestaciones entre la ciudadanía. De acuerdo con los datos recientes ofrecidos por los ayuntamientos más importantes, hasta 12.000 familias se están beneficiando de las ayudas monetarias y en especies entregadas por los mismos a través de los departamentos de Servicios Sociales, desbordados.

Los analistas consultados achacan esta escalada a “la proliferación de situaciones de precariedad económica debidas a la crisis” -como los ejemplos concretos que hoy mismo detalla este diario- y también a “la demanda que ha surgido en torno a las nuevas ayudas para personas dependientes, especialmente la prestación para cuidados en el entorno familiar”, pero lo cierto es que además de los ayuntamientos hay que reconocer la encomiable labor de muchas asociaciones y oenegés de la provincia que se están volcando y demuestran una generosidad impresionante.