La cita es un poco larga; y la mantengo en su redacción original para que no pierda el carácter --y el pintoresquismo--. Es un bando dictado en Valladolid en el año 1842.

"Habiéndose observado que varios vecinos y habitantes de esa ciudad usan de bigotes y otros distintivos militares sin pertenecer al Ejército ni a la Milicia Nacional, y convencido el ayuntamiento de los perjuicios que pueden originarse de tolerar estos abusos (...), todo el que sin pertenecer al Ejército ni a la Milicia Nacional llevase bigote (...) sea presentado a la Autoridad (...) y le imponga las penas a que se ha hecho acreedor".

Resulta, pues, que el bigote era un distintivo militar, y que los ciudadanos civiles tenían que afeitárselo, y si no lo hacían no sé qué "perjuicios" podían ocasionar. Es cierto que, cuando yo era joven, bastantes chicos se dejaban el bigote cuando se convertían en soldados. ¿Ello significa que en el inconsciente se identificaba militarismo y bigotismo? Era como ponerse un galón reglamentario encima del labio.

En el franquismo eran frecuentes unos bigotillos estrechos y rectos, como una línea entre la nariz y la boca, que llamábamos "monárquicos", porque los llevaban algunos partidarios de Don Juan. Pero el bigote como distintivo militar --el bando no detalla ni el diseño ni la medida-- sufrió la competencia, en la posguerra, de los bigotes-cascada, que tapaban el labio superior, y de los bigotes a la mexicana, que se prolongaban hasta dibujar un grueso paréntesis alrededor de la boca.

Yo llevé bigote unos años. Me lo dejé cuando empecé a ejercer de abogado, porque hacía demasiada cara de niño y pensaba que un bigote indicaba más madurez y, por lo tanto, ofrecía más confianza. ¡Virgen santa! Cuando ahora me veo en fotos de aquellos tiempos, la sensación de ridículo es inmediata.

Lo que me sorprende, ahora que lo pienso, es que los payeses no han sido en general partidarios de los bigotes. Algún motivo debe de haber. ¿Quizá por la costumbre de arrancar las "malas hierbas"? Se admiten hipótesis.