Una vez más los líos del Consell acaban afectando al ciudadano y en este caso al futuro de l’Alcora. Si antes lo denunciamos, antes lo constatamos. Matrimonios de convenencia, alejados de los intereses de la ciudadanía. Partidos que cambiaron la política de pancarta por la de los sillones y que han acabado demostrando que los que venían a rescatar las personas se olvidaron de ellas desde el momento en que entraron por la puerta del Palau.

Que los verdes no eran tan verdes es una realidad que hemos ido constatando a lo largo de estos casi tres años de gobierno del Botànic pero es ahora con Reyval cuando se confirman nuestros peores presagios. Ni el tiempo, ya caducado, ya que debía haberse cerrado el 31 de diciembre, ni la existencia de una sentencia del Tribunal Supremo han bastado para que el Consell deje de hacer la vista gorda ante una situación que está causando gran malestar y desasosiego entre la población al ver que a día de hoy sigue habiendo actividad.

La falta de consenso en el Botànic que empezó con la destitución de la directora general de Calidad Ambiental, María Diago, apenas seis meses después de su toma de posesión, y la destitución el mes pasado del secretario autonómico de Medio Ambiente de Compromís, no son una excusa para que la planta siga abierta. Desde el PP no queremos más dilaciones, ni más retrasos. La ley está para cumplirse y no para servir intereses privados. Falomir y su socio de Compromís tienen que ponerse manos a la obra y exigir con rotundidad e inmediatez el cierre definitivo de Reyval. Empezamos a advertir que el compromiso de Compromís y el Botànic con el medio ambiente es más una cuestión de cosmética y maquillaje que un compromiso real con lo medioambiental y no lo vamos a permitir.

¿Qué pasaría si el partido que estuviera gobernando fuera el Partido Popular? Juzguen ustedes mismos.

*Concejala del PP en l’Alcora