Si ustedes recuerdan esta divertida y apasionante película protagonizada por el recientemente fallecido, Robin Williams, en la trama, un niño travieso y con afán de no querer crecer ni obedecer, se veía abocado a sobrevivir a las diferentes aventuras que un tablero mágico le iba poniendo. Unas aventuras que se caracterizaban por una naturaleza desbordante que se volvía en su contra y sobre la que no tenía ningún tipo de control.

Fíjense ustedes que estaba haciendo un repaso de cómo ha sido el verano en Vila-real y cómo ha sido la actitud del su alcalde socialista ante los retos estivales y me ha dado la sensación de que el pobre señor Benlloch se ha visto desbordado por un Jumanji del que todavía no ha podido salir.

En Jumanji el protagonista encuentra el tablero mágico en una fábrica abandonada. Igual de abandonado que tiene el señor Benlloch el restaurante de la Ermita. El socialista gastó casi 60 millones de las antiguas pesetas en comprar sillas de segunda mano que cuando se utilicen algún día estarán para el arrastre.

A la salida al aire libre, Benlloch se encontró con una nueva prueba del Jumaji. Los árboles, muchos de ellos centenarios que hay en el Termet, se le morían por su irresponsabilidad, sin que haya puesto ningún tipo de freno.

El juego se le ponía difícil al socialista este verano. Así que se inventó una playa fluvial que ha costado más de 50.000 euros y a la cual nadie ha ido a nadar. Bueno, nadie, tampoco, los chuchos se han pasado un verano de lo más refrescante paseándose por allí.

No contento con esto, el jugador del Jumanji sí que tenía bañistas. De hecho tenía muchos jóvenes tomando el baño entre aguas peligrosas y con remolinos. Jóvenes que ponen cada día sus vidas en riesgo por nadar en aguas prohibidas.

Pero faltaba la rebelión de las fuerzas de la naturaleza que, como en las plagas de Egipto, han venido en forma de mosquitos, ratas y cucarachas. La verdad es que ha sido apasionante ver como las señoras zumbaban, escoba en ristre a las ratas que campan a sus anchas por la mismísima plaza Mayor. De hecho, los médicos han alertado de los posibles efectos secundarios que estas picaduras pueden tener en los niños que hayan sufrido gran cantidad de ellas. Pero claro, esto para el Jumaji Benlloch, no debe tener ninguna importancia, porque no ha sabido encontrar ninguna solución.

Ahora ha llegado septiembre y el juego parece no haber terminado. Habrá que esperar a ver cuál será la próxima prueba que la ciudad le pondrá al alcalde y que este, a buen seguro, tal y como va el asunto, no tendrá solución. H

*Portavoz del PP en Vila-real