El 27 de marzo del 2015, el colegio Regina Violant salía a licitación pública por un importe de 6.929.490,11 euros. La adjudicación formal de las obras se efectuaba el 21 de diciembre de ese mismo año a la empresa Torrescamara por un importe de 5.169.399,62 euros. El proyecto, que sufría una rebaja en costes de ejecución de 1.760.090,49 euros, no comenzaría a ejecutarse hasta seis meses más tarde. Era el 28 de junio del 2016 cuando los técnicos municipales y la empresa adjudicataria formalizaban el acta de replanteo. El documento oficial por el cual arrancaban las obras de la infraestructura educativa.

Siete meses más tarde, el 26 de enero del 2017, la contratista comunicaba a la Conselleria de Educación la necesidad de modificar el proyecto de ejecución y, por ende, la suspensión temporal total de la construcción de la infraestructura.

Ha pasado un año. Un año en el que la Conselleria de Educación, el Ayuntamiento de Almassora y la empresa Torrescamara se han estado cruzando misivas y reclamaciones sin que a fecha de hoy, 1 de febrero del 2018, tengamos ninguna solución a vistas. El 23 de noviembre de 2017, después de haber solicitado en junio al Ayuntamiento de Almassora, PSPV y Compromís, la información relativa a la paralización de las obras, decidimos presentar una iniciativa parlamentaria en Les Corts. Lo hacíamos después de que nos negaran la documentación que, a fecha de hoy, siguen sin entregarnos.

En pleno, reclamamos a PSPV y Compromís, los mismos partidos que gobiernan en Almassora, la capacidad de negociar una solución que diera respuesta a los más de 600 alumnos y docentes que esperan que seamos capaces de resolver esta parálisis. Y afortunadamente, todos fuimos capaces de aprobar que se negociara. Una palabra que PSPV y Compromís han utilizado de forma maniquea y demagoga, puesto que lo que pedimos es que se medie para lograr, en el marco de la Ley de Contratos y sin que se merme la calidad de la infraestructura educativa, un desbloqueo a la paralización del proyecto.

Pensábamos y, seguimos pensando, que quienes tienen responsabilidad de gobierno deben ejercer este tipo de mediaciones. Pero parece que la Conselleria de Educación, en manos de PSPV y Compromís, está más por la labor de judicializar y radicalizar posturas, antes de ser capaces de lograr una entente que permita que este colegio sea una realidad definitiva. Frente a la ineficacia e inoperatividad de dos gobiernos paralelos, Consell y ayuntamiento, se nos exige desbloquear la situación.

Estoy convencido que todos los que hemos tenido y seguimos teniendo la responsabilidad de representar a nuestros vecinos hemos puesto todo nuestro empeño y tesón en conseguir que el colegio Regina Violant abriera sus puertas en una infraestructura definitiva. Aquí no vale la política. Solo cuenta la responsabilidad de quienes tenemos cargos públicos. La misma que nos obliga a dar una solución pronta.

Nuestra mano tendida, nuestro trabajo, para que se produzca una salida a esta situación de bloqueo que tristemente ya ha cumplido un año. Todos deseamos que el Regina Violant sea una realidad cuanto antes. Seamos capaces de conseguirlo.

*Portavoz del PP en Almassora