Querido lector:

Cuando leía la entrevista que la agencia Efe le había hecho al actual presidente de la Generalitat Ximo Puig en la que afirmaba que si no cambian los parámetros, la Generalitat es inviable porque no tenemos los recursos suficientes para atender los servicios básicos, me parecía estar escuchando al anterior presidente Alberto Fabra. Y cuando Puig argumentaba que la primera acción que debe adoptar el actual Consell es reivindicar una financiación justa y mientras eso no sea posible garantizar a través de fondos extraordinarios el funcionamiento de los servicios públicos... pues también, porque esto es lo que le ha ocurrido a la Comunitat durante los últimos cuatro años. Una infrafinanciación, a todas luces descarnada, insuficiente para cubrir los servicios que debe prestar la Generalitat en Sanidad, Educación y prestaciones sociales y una sustentación de esos servicios a través de los cauces habilitados por el Gobierno central, léase FLA o Pago a Proveedores, que no ha hecho sino evidenciar que la Generalitat ha estado gobernada económicamente desde el Ministerio de Hacienca, o lo que es lo mismo, intervenida, con la gravedad añadida de que esos mecanismos exigían austeridad, recortes y máxima eficiencia de gestión porque eran insuficientes y siempre llegaban con retraso. De ahí el calvario del anterior Consell con farmacias, dependencia, pagos sociales, retrasos con pagos en justicia, sanidad, educación, proveedores..... Y de ahí, una de las principales causas de la pérdida de poder del PP en la Comunitat tras el 24-M y de ahí la paranoia popular al ser su propio partido en el Gobierno el principal obstáculo del gobierno popular autonómico.

Cuando Puig insiste en que la financiación justa para los valencianos es la madre de todas las batallas, por tanto, tiene toda la razón pero no dice nada nuevo. Los valencianos lo hemos sufrido en nuestras carnes. Lo que los valencianos queremos saber es el modo en que se va a reclamar y la respuesta de Rajoy. La resignación primero disciplinada y luego reivindicativa de Fabra no funcionó. Ahora toca otra cosa.