Cuando el objetivo de una administración es favorecer al mayor número de personas, sorprende que surjan las críticas. Estos últimos días estamos viviendo un ejemplo muy concreto de lo que les estoy comentando, con las cuestiones referentes a los interinos.

Puedo afirmar con total rotundidad que el único objetivo de la Conselleria de Educación es conseguir un equilibrio entre los derechos del personal interino y los derechos de las personas que aprueban una oposición y, sin embargo, no pueden trabajar.

No es normal que 3.400 personas obtuvieran notas altas y no hayan entrado nunca en un aula. No es normal que el 52% de profesores interinos nunca hayan aprobado ninguno de los ejercicios de las diferentes convocatorias (18 desde el año 1993). No es normal que siga vigente una normativa aprobada hace 20 años.

Todos queremos a los docentes mejor preparados y, para conseguirlo, hay que conjugar experiencia con expectativas de futuro. Hay internos buenísimos, muy capaces y se les darán todas las facilidades posibles para que formen parte del sistema. Pero también tenemos a personas que nos piden una oportunidad, que tienen derecho a demostrar que el esfuerzo tiene su recompensa.

Por desgracia no es una situación donde se pueda contentar a todo el mundo. Ya lo dijo Víctor Hugo: “ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo”. H

*Directora general de Innovación, Ordenación y Política Lingüística