Amnistía Internacional (AI) denunció ayer que se han vuelto a producir «devoluciones en caliente» de cerca de setenta personas en la frontera sur, tras el asalto masivo al vallado fronterizo de Ceuta protagonizado por unos 1.100 inmigrantes subsaharianos en la madrugada del primer día del año. En un comunicado, la organización considera que el 1 de enero se ha producido «una de las mayores expulsiones sumarias» de los últimos meses en la frontera sur.

El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, indica que solo dos personas heridas graves han logrado entrar en Ceuta y se encuentran hospitalizadas, pero se ha expulsado a gente «con heridas leves». «Nos preocupa que las personas no estén accediendo a procedimientos individualizados de asilo, puesto que en este intento de salto podría haber tanto solicitantes de asilo como personas de colectivos vulnerables», añadió.

Beltrán subrayó que España cuenta «con el dudoso honor» de situarse en un grupo de países como Bulgaria, Hungría y Turquía, que llevan a cabo «expulsiones en caliente», que están prohibidas.