Con brillo en los ojos, Jasmine McGuie hace una reflexión: "Me alegro de que me haya tocado vivir este momento porque creo que nos llevará a repensar y reapropiarnos de nuestros ámbitos y nuestra vida como no se ha hecho en mucho tiempo, reinventaremos un nuevo futuro que puede ser mágico y estoy ilusionada", dice con emoción.

Tiene 22 años y estudia cuarto de Medicina en la Universitat Autònoma de Barcelona. Por la mañana hace prácticas en el Hospital de Sant Pau y por las tardes asiste a clases de teoría que compagina con un trabajo: "Doy clases de inglés tres tardes por semana para pagarme la carrera, en principio tengo beca pero aún no la he recibido".

Jasmine entró en Medicina con un 8,22. La carrera que exige una de las notas más altas empieza a no responder a los objetivos vocacionales de muchos futuros médicos. "Con los recortes en Sanidad no se están abriendo tantas plazas nuevas y el que se está abriendo es el mercado de la sanidad privada, que ni mucho menos era mi objetivo al empezar la carrera", dice. "Yo estudio gracias a la beca y, a través de la sanidad pública, me gustaría poder devolver a mi país lo que me ha dado, pero quizá no será posible". Ante la posibilidad de emigrar lo tiene claro: "Mientras pueda me quedaré y lucharé por que el rumbo que están tomando las cosas cambie".

Optimista ante el futuro

No le asusta su futuro laboral pero lamenta las consecuencias de los recortes del sistema público. "Me enorgullecía sentirme parte de nuestro sistema sanitario en toda su universalidad, me hacía sentir muy orgullosa de mi país y se está desmantelando a toda velocidad --medita--. No entiendo cómo puede estar pasando y no me gusta, pero veo que hay mucha gente dispuesta a pararlo".

Jasmine dice que en su facultad no se habla mucho de los recortes. "Hay demasiada resignación aunque eso también está cambiando, lo veo cuando estoy de prácticas, a la gente no le gusta lo que está pasando y cada vez hay más colectivos de defensa de lo público diciendo que sí, que hay otra manera de afrontar esta situación".

Hace un inciso para recordar una conversación que mantuvo con unos estudiantes de segundo de bachillerato en la manifestación del 29 de febrero: "Estaban redactando una LEC (Llei d'Educació de Catalunya) ¡Ni siquiera tenían barba y estaban redactando una LEC! Yo a los 17, eso ni me lo planteaba", dice. Jasmine desprende optimismo, lleva años implicada en luchas sociales y participó en Democracia Real Ya preparando el día del 15 de mayo. Ve allí el origen del despertar de muchos ciudadanos. "Aparte de la crítica legítima a las políticas de austeridad, se están cuestionando dinámicas y estructuras que había antes de que estallara la crisis, y el modo en que vivimos y cómo funcionamos como sociedad". Y concluye: "Todo esto traerá algo mejor que lo que teníamos, porque ahora no queremos lo que teníamos antes, queremos algo mejor".