El cambio del calendario juliano al actual calendario gregoriano, presente en todo el mundo occidental, no se produjo de una forma simultánea. Francia, Portugal, España y los países cercanos al Papa lo adoptaron el mismo 1582, pero Alemania lo hizo dos años después y mucho más se demoraron Inglaterra (1752), Japón (1873), China (1912) y Rusia (1923).

Esta circunstancia motivó anécdotas famosas, como que Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha (23 de abril de 1616), pero no el mismo día porque Inglaterra y España se regían por calendarios diferentes. Y la Revolución Rusa, conocida como la revolución de octubre, sucedió realmente en noviembre porque los zares y la Iglesia ortodoxa todavía se regían por el calendario anterior.