El adulto acusado de participar en el crimen de Miguel Navarro, Maikel, --asesinado a hachazos el 5 de enero del 2017 en una casa del camí d’en Riera de Castellón-- alega que sufre un trastorno psicológico que podría haber afectado a su participación en la muerte de la víctima. La defensa de A.A.S., de origen rumano y de 22 años, ha presentado en el juzgado un informe médico que hace alusión a la supuesta necesidad del acusado de agradar a los demás, según ha podido saber Mediterráneo.

El documento pretende acreditar que A.A.S. pudo participar en el asesinato movido por su situación psicológica e, incluso, para no negar su ayuda a los otros dos implicados. Cabe recordar que dos sentencias --una del Juzgado de Menores y otra, muy reciente, de la Audiencia Provincial-- han condenado ya a los otros dos procesados por esta causa. Se trata de un chaval de 15 años (tenía 14 cuando sucedieron los hechos) y un joven de 18 (contaba con 17 entonces). El primero de ellos cumple cinco años de internamiento cerrado y el segundo, ocho.

El adulto, por su parte, se encuentra en prisión preventiva desde hace ya un año, cuando fue detenido por su implicación en el crimen más macabro de la historia reciente de la provincia. Aunque todavía no hay fecha para el juicio --se celebrará en breve--, ya se sabe que un jurado popular será el encargado de analizar su vinculación con el asesinato y determinar si lo considera culpable o inocente. Posteriormente, un tribunal de la Audiencia Provincial de Castellón dictará la correspondiente sentencia al respecto.

La Fiscalía, según ha podido saber este diario, pedirá que la vista oral se celebre a puerta cerrada.

La razón no es otra que los altercados registrados durante el juicio contra los dos menores el pasado mes de septiembre en la Ciudad de la Justicia. Y es que la jueza de menores, Raquel Alcácer, ordenó investigar a cuatro familiares de Miguel Navarro por, presuntamente, gritar y aporrear la puerta de la sala durante la vista.

La magistrada especificó en la sentencia, cuyo contenido adelantó este diario en exclusiva, que «se debía analizar si estas personas pudieron haber incurrido en delitos de amenazas y obstrucción a la justicia». Cabe recordar que las jornadas en las que trascurrió el juicio fueron muy tensas.

INCIDENTES / Durante la sesión final, un centenar de personas llegaron a irrumpir en la sala y la Guardia Civil desalojó los pasillos para garantizar que el juicio siguiera. El pasado día 9 de enero se celebró en la Audiencia Provincial una vista para revisar las condenas de los dos menores sentenciados, que ya tuvo lugar a puerta cerrada y transcurrió sin incidencias. A pesar de que el mismo no se celebraba en audiencia pública, la autoridad judicial extremó las medidas de seguridad con una importante presencia policial en los pasillos y dentro de la sala.