Un incendio de matorrales y cultivo abandonado decretado a las 7.15 horas de ayer en la partida Bassots de Rossell, muy cercana al núcleo urbano, encendió todas las alarmas entre los vecinos, preocupados de que las llamas --avivadas por rachas de viento de hasta 80 Km/h-- alcanzaran el colegio y las viviendas de la zona. “Hemos padecido un buen rato porque pensábamos que el fuego podía llegar a las escuelas y a las viviendas, ya que el viento soplaba en esa dirección, pero afortunadamente los bomberos han actuado de forma muy rápida y lo han controlado pronto”, dijo el alcalde, Evaristo Martí.

Por ello, pese a la preocupación inicial, los niños pudieron asistir con normalidad a las clases, ya que a las 9.30 horas --que es la hora habitual de entrada-- no había peligro alguno. “Las llamas se han quedado a apenas 50 metros del colegio, los pequeños han podido ir a la escuela y tampoco se ha tenido que desalojar a ninguna familia de las viviendas próximas a la partida donde se inició el fuego”, apuntó el primer edil.

El incidente movilizó a cinco dotaciones del parque de bomberos de Benicarló, tres brigadas de emergencia y una dotación de bomberos del parque de Ulldecona. Hasta el lugar también se desplazó un helicóptero, que finalmente no intervino por el fuerte viento que soplaba.

Los bomberos controlaron el incendio sobre el mediodía, pero las brigadas se quedaron para terminar de extinguir el fuego, consiguiéndolo sobre las 16.15 horas. Respecto, a la causa del incendio, que calcinó tres hectáreas, las primeras hipótesis apuntan, según Martí, a que el viento hubiera reavivado una hoguera de matorrales que se hizo el domingo en la zona y que, en teoría, había quedado bien apagada.

OTROS INCIDENTES // El de Rossell no fue el único incendio de matorrales en la provincia, otro se decretó en el término de Torreblanca, cercano a la vía del tren, y otro en la marjal de Almenara, afectando a dos hectáreas, aunque sin mayores consecuencias.

El fuerte viento también provocó incidentes en Benicarló, donde se desprendieron azulejos de una fachada y parte de la uralita trasera de un edificio, sin causar incidentes. Informa M. J. S. H