Final feliz al calvario que estaba sufriendo la familia Castella Vela después de cinco días sin poder localizar a su hija. Rosana Castella, desaparecida en València desde el pasado lunes, se presentó ayer en el servicio de Urgencias de un hospital de Castellón sobre las 13.15 horas del mediodía. La mujer entró en el centro hospitalario por su propio pie, con un aspecto aseado, pero con síntomas de estar desorientada, tal como revelaron fuentes policiales.

Según un testimonio cercano a la investigación, Rosana había decidido marcharse de forma voluntaria y los agentes pudieron encontrarla gracias al GPS del teléfono móvil. Ahora la familia permanece a la espera de que se le practique a la mujer una evaluación de salud general.

Atrás quedan la gran cobertura mediática y el despligue policial para hallar el misterioso paradero de Rosana, de la que no se tenían noticias desde hace cinco días. A lo largo de esta semana de angustia y miedo, la Policía Nacional había empezado a reconstruir paso a paso los últimos movimientos de la chica desde la mañana del lunes en la que desapareció sin dejar rastro tras volver a casa, después de llevar a sus hijos al colegio. Al parecer, la mañana de su desaparición había quedado con su expareja y padre de los tres menores --dos mellizos de 6 años y un hijo de 13--, con quien tenía la custodia compartida, pero nunca llegó a presentarse al encuentro.

CARTELES POR TODA VALÈNCIA // Familiares y amigos de Rosana habían repartido carteles con la fotografía de la desaparecida por diferentes barrios de la ciudad de València y sus características físicas (1,52 metros de estatura, caballo castaño largo, 53 kilos de peso y portadora de un tatuaje en el hombro), y habían publicado en Facebook una página (Buscando a Rosana Castella) en la que pedían colaboración para colgar carteles por todo el país.

«Hemos ido a la policía y hemos hecho la batida, pero no hay ninguna novedad sobre su paradero», destacaba la prima de la desaparecida a EFE el jueves.

«ME TEMO LO PEOR» // Una «gran incertidumbre», según relataba, que se reflejaba en la figura de su progenitora, Marian Amparo Vela, cuyo rostro se hizo viral en los medios de comunicación al posar con un cartel de búsqueda de Rosana. «Como madre es inevitable ponerme en lo peor sobre lo que le ha podido pasar a mi hija», explicaba. Sin embargo, las investigaciones de la policía y el rastreo del móvil de Rosana apuntan a que la mujer se dio a la fuga y abandonó el lunes el núcleo familiar intencionadamente.

La desaparición de esta vecina de València levantó tanto revuelo que incluso el programa de TVE Desaparecidos --espacio que trata de encontrar personas ilocalizadas gracias a la colaboración ciudadana-- llegó a hacerse eco del suceso esta semana. Varios tuits describiendo su caso aglutinaron 457 retuits en Twitter.