Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Castellón --Pedro Garrido, Esteban Solaz y Aurora de Diego-- han condenado a seis acusados de un delito de trata de seres humanos a 34 años y nueve meses de cárcel por prostituir a una menor de edad vecina de Burriana, compatriota suya, en casas de citas y clubes de alterne de la provincia.

El tribunal impone al cabecilla de la trama, I. A., una pena de 10 años de cárcel por un delito de trata de seres humanos en concurso medial con prostitución de menores y la atenuante de reparación del daño. A la madre de este y a la hermana las castiga como cómplices del mismo delito y las condena a 5 años de prisión a cada una de ellas. A otro acusado, C.C. le imponen 5 años también como autor de trata de seres humanos, mientras que a M.G. lo condenan a 6 años y 6 meses por los mismos hechos. La última procesada, C.C., deberá de cumplir tres años y tres meses de cárcel como cómplice.

Los magistrados han absuelto a E.A., también hermana del líder, de los delitos por los que había sido acusada al entender que no tuvo nada que ver en la red.

Los hechos se remontan a abril del 2011, cuando uno de los acusados, I.A. pide permiso al padre de la víctima, de 17 años, para traerla de Rumanía a Castellón, con la falsa promesa de un trabajo de empleada doméstica. Cuando la menor llegó a España la obligó a prostituirse contra su voluntad bajo amenazas de ejecutarla o venderla a otra persona.

Una vez en Castellón, se trasladaron a Burriana, donde el acusado le robó su documentación y le entregó una falsa para obligarla a ejercer la prostitución en varios clubes de alterne con la amenaza de matarla o venderla. En la casa convivía con otras personas, que pertenecían a la banda.

En septiembre del 2011, la joven contacta con un conocido, C.C. para que la ayude. Este le dice que se vaya a vivir con él a Almassora, a lo que ella accedió, pero, la entregó a otras dos personas para mantenerla en el ejercicio de la prostitución en el Caminàs hasta noviembre. En estos tres meses, era en todo momento controlada y vigilada por una de las cómplices, C.C. Seguían diciéndole que la matarían o le “cortarían el cuello” si se quejaba o intentaba regresar a Rumanía.

AYUDA // Pero, el 1 de diciembre, cuando se encontraba en el Caminàs junto a C.C., y accediendo a las pretensiones sexuales de un cliente, se subió en su coche y le comunicó su situación real. Esta persona la auxilió, la acompañó a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Castellón, que inició una ardua investigación.

La Policía Nacional registró las viviendas hallando numerosas pruebas y la red fue detenida. H