Un año y medio de cárcel es la pena que aceptó ayer un castellonense, ante el tribunal de Sección Primera de la Audiencia Provincial, después de confesarse ser autor de un delito de corrupción de menores, en la modalidad de posesión y distribución de pornografía infantil, por descargarse en su ordenador, desde internet, fotos y vídeos de niñas menores de 13 años en actitud sexual explícita con hombres adultos.

La vista se celebró a las 10.00 horas, donde el acusado, de nombre Guillermo, reconoció los hechos y, tras alcanzar un acuerdo de conformidad con el fiscal, aceptó un año y medio de prisión, por lo que no hubo que celebrar juicio. El magistrado presidente del tribunal, Carlos Domínguez, dictó, así, sentencia in voce y el acusado abandonó el lugar quedando en libertad, como ha estado desde que fuera detenido en 2009.

Y es que al carecer de antecedentes penales y al no superar la condena los dos años de cárcel no tiene por qué estar encarcelado, siempre y cuando no vuelva a delinquir y se presente ante la autoridad judicial en las fechas fijadas por la Audiencia Provincial.

OPERACIÓN INTERNACIONAL // Según los hechos que han sido reconocidos por el acusado, el 22 de septiembre del 2009 fue detenido por el Grupo de Investigación Tecnológica de la Brigada de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía en el marco de la operación iniciada por el juzgado de Instrucción número 29 de Madrid, como consecuencia de las investigaciones internacionales iniciadas tras la detección en internet de usuarios implicados en la distribución y tenencia de diferente material de contenido pedófilo en España y en otros países.

Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía constataron que en marzo del año 2008, el acusado se descargó en su ordenador, y compartió al mismo tiempo con otros usuarios de la red a través de la aplicación informática Emule, numerosos archivos pedófilos. Además, en el registro de su domicilio, en Castellón de la Plana, los agentes encontraron una torre de ordenador y un disco duro que ocupaba casi 400 GB, capacidad que equivale a almacenar casi 80.000 imágenes.

El condenado no solo hacía uso del material ilegal por él mismo, sino que, además, lo tenía en Emule a disposición del resto de usuarios sin contemplaciones. H