Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil (concretamente, del equipo Mujer-Menor) han liberado a una mujer de 50 años y nacionalidad rumana que había sido captada en su país de origen con la promesa de que trabajaría en el sector de la hostelería en la provincia y, a su llegada, había sido retenida en una vivienda de Benassal para ejercer la prostitución de manera forzosa. Así ha podido saberlo Mediterráneo de fuentes del caso.

Los investigadores han localizado a la víctima y han arrestado a tres hombres, compatriotas de la afectada, que la retenían bajo llave en una de las alturas del domicilio. La mujer había venido a España el día 1 de enero, aconsejada por un familiar que la puso en contacto con los ahora arrestados. Y es que suele ser habitual que quienes capten a las víctimas de trata de seres humanos sean personas de su entorno más próximo, en los que las perjudicadas confían casi a ciegas.

La denunciante fue conducida hasta la casa a su llegada a Castellón, donde le quitaron la documentación y le dijeron que tenía que mantener relaciones sexuales con hombres en el inmueble.

Las dificultades de la afectada para pedir ayuda, ya que no hablaba castellano y no tenía amigos ni familiares en la provincia, hicieron que viviera durante unos días un auténtico calvario.

En un descuido de sus captores, la mujer logró escapar y pedir ayuda como pudo. Tras la llamada de auxilio, los investigadores de la Benemérita practicaron un registro domiciliario en el piso de Benassal --por orden judicial-- donde hallaron evidencias del secuestro de la mujer.

Los tres hombres que presuntamente participaron en el traslado y el rapto de la afectada han sido detenidos y acusados de los delitos de trata de seres humanos y detención ilegal. Por su parte, la mujer se encuentra fuera de peligro, protegida por las autoridades y será próximamente devuelta a su país de origen.