El exfutbolista del Villarreal Gica Craioveanu se enfrenta a una pena de seis fines de semana de arresto y a 300.000 euros en concepto de indemnización por el daño moral, secuelas y días de incapacidad causados a un vecina de Vila-real a la que presuntamente fracturó la nariz tras un incidente de tráfico ocurrido en mayo del 2001 en esa localidad.

El juicio por estos hechos se celebró ayer en el Juzgado número 3 de Vila-real y el abogado de la víctima también pidió 6.650 euros, el coste de los gastos que quedaron acreditados como causados por la agresión. Por su parte, la defensa del jugador solicitó un plazo para estudiar la documentación aportada y formular la cantidad correspondiente.

Los hechos de que se acusa a Craioveanu, según denunció en la comisaría de Vila-real la víctima, se remontan al 21 de mayo del 2001. Sobre las 16.00 horas de ese día, la denunciante, C. M. S., salió de su domicilio con su vehículo y se incorporó a la carretera de Vila-real a Onda en dirección a la primera localidad. La mujer notó que tras ella circulaba otro coche que le daba las luces y la adelantó. "Seguidamente comenzó a efectuar maniobras extrañas" hasta llegar a las inmediaciones de la rotonda sita en la confluencia con la avenida de Alemania. En ese momento, según la denuncia, el acusado paró el coche, descendió y se dirigió hacia el vehículo de la mujer, "profiriendo insultos contra ella y, a través de la ventanilla la cogió por el cuello con gran energía" y "llegó a rasgarle la camiseta que llevaba puesta", por lo que intervino el hijo de la mujer para que la soltase.

Acto seguido, la vecina de Vila-real denunció que el jugador hizo intención de regresar a su coche pero ella le dijo que "nunca nadie la había puesto la mano encima y ahora tenía que ser un extranjero", por lo que él se dio la vuelta y "le propinó un puñetazo en la nariz", subió a su vehículo y abandonó el lugar.

ÉL LE PIDIÓ DISCULPAS

El golpe le causó "fractura de huesos propios nasales y herida en nariz (puntos de sutura)", según consta en el parte de asistencia del Hospital de La Plana, donde fue asistida. Posteriormente, según la denuncia, cuando la mujer se encontraba en ese hospital, se personó allí Craioveanu y le "pidió disculpas y dijo que había sido culpa suya".