La Policía Nacional detiene a tres personas en el mismo día por simular ser víctimas de delitos inexistentes. Las penas a las que se pueden enfrentar estos individuos son de entre seis meses a tres años de prisión por estafa y multa de seis a 12 meses.

En uno de los casos la denunciante señaló a los agentes que un teléfono había sido arrebatado de las manos de su hijo cuando lo estaba utilizando, cuando lo que sucedió en realidad es que lo había vendido en una casa de compraventa de objetos de segunda mano. En el segundo de los casos, la víctima denunció que dos sujetos le habían arrebatado de un “fuerte tirón” el bolso que contenía su móvil, cuando lo que sucedió fue que lo había extraviado. El último detenido, “aconsejado” por un conocido, denunció un robo con violencia de su riñonera, que en realidad le hurtaron en un descuido, para que así le indemnice el seguro.

Todos los detenidos carecían de antecedentes policiales y han sido puestos en libertad con cargos tras prestar declaración, con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando sean requeridos para ello.

Denunciar un delito inexistente ocasiona un grave daño a la seguridad, ya que la policía orienta sus recursos hacía delitos que no han existido en vez de a casos reales e importantes. H