Las imágenes de polígonos industriales desérticos, con decenas de naves cerradas y abandonadas, y con carteles de Se vende o Se alquila que nadie mira parece que empiezan a pasar a la historia. Después de siete años de parón absoluto, ahora sí parece que los primeros brotes verdes empiezan a llegar a las áreas empresariales de Castellón. Llegan porque hay más demanda de naves industriales, tanto de empresas que quieren empezar una actividad como de compañías que quieren ampliar sus instalaciones.

Pese a que la oferta de locales vacíos todavía supera con mucho a la demanda, la realidad es que en municipios como Castellón, Burriana, Onda, Nules o Almassora algo empieza a moverse. «Llevávamos unos años muy malos, con una parálisis total, pero ahora el mercado está empezando a moverse», apunta César Montoliu, gerente de la inmobiliaria Casatuya, con naves en la capital, pero también en Almassora, Cabanes o les Alqueries.

Montoliu no es el único que habla de los primeros datos en positivo. Diego Romá, gerente de la Federación de Polígonos Empresariales de la Comunitat Valenciana (Fepeval) apunta en la misma dirección. «Hay más interés y síntomas de recuperación, aunque el optimismo es moderado porque, aunque es verdad que el mercado se mueve, todavía quedan decenas de naves vacías y miles y miles de metros cuadrados por ocupar», sentencia.

Que en Castellón haya más interés por comprar o alquilar una nave industrial se debe, fundamentalmente, a dos circunstancia. La primera tiene que ver directamente con la reactivación económica y el alza imparable de la creación de empresas. La segunda está relacionada con el precio, que nada tiene que ver con el de antes de la crisis. «Lo que antes costaba 200 ahora vale 100 y ese descenso está animando a muchos inversores», argumenta el responsable de Casatuya.

Pero, ¿cuánto dinero cuesta una nave industrial en Castellón? Aunque las hay de todos los precios, hoy es posible invertir en un local de 2.200 metros cuadrados por 525.000 euros. Las hay de 500 metros por 325.000 euros. Si se opta por el alquiler, los precios oscilan entre los 600 y los 1.500 euros al mes, dependiendo del tamaño y la ubicación del local.

El drástico descenso de los precios ha animado a inversores y empresarios a volver a mirar a los polígonos industriales. «Hay dos tipos de clientes. Está el inversor que compra una nave para después alquilarla o volverla a vender en un futuro. También está el empresario que compra para instalar allí un pequeño negocio, generalmente en el sector servicios», reconoce Montoliu.

La demanda de naves industriales repunta y el sector confía en que esto es solo el principio. Y la clave está en la ley de Áreas Empresariales que prepara el Consell y que podría ver la luz durante el próximo otoño. «Se trata de una normativa pionera y avanzada y supondrá un gran avance en la colaboración público-privada que va a ayudar a mejorar la competividad de las empresas», argumenta Diego Romá.

Pese a que hay síntomas de que las cosas empiezan a cambiar, la realidad en Castellón es que la cifra de naves vacías y suelo industrial sin ocupar sigue siendo muy alta. De los 700 parques empresariales con los que cuenta la Comunitat, unos 120 están en Castellón y ocupan 44,7 millones de metros cuadros. De esa superficie, se estima que el 60% se encuentra libre y, el resto está libre, es decir, sin edificar.