Una inscripción hecha sobre los recios muros de piedra recuerda el diluvio ocurrido en La Estrella el 9 de octubre de 1883 que provocó 26 muertos. Por la noche, con la luna llena iluminando el cauce del río Montlleó, el recuerdo de la crecida provoca un escalofrío. La emigración y la catástrofe natural propiciaron el abandono de esta población, que antaño perteneció al Reino de Valencia y en la actualidad forma parte de Mosqueruela, en Aragón.

El libro Pobles abandonats. Paisatges de l´oblit, obra de Agustí Hernández y José Manuel Almerich, calcula que hay más de 500 núcleos, masías o aldeas abandonadas o deshabitadas en el interior y la montaña valenciana, con comarcas como Els Ports que continúan perdiendo habitantes.

A partir de principios de siglo XX se produjo una emigración hacia las zonas industrializadas que se acentuó notablemente hacia los años 60. Comarcas como l´Alcalatén, Els Ports, Alt Maestrat o Alt Millars vieron cómo su población se reducía drásticamente.

Así, por ejemplo, Castillo de Villamalefa tenía casi 1.500 habitantes en el año 1910. El último padrón municipal lo reduce a solo 98. Todas las masías y aldeas de su término se han despoblado, salvo un par.

Els Ports no es una excepción. "De casi 400 masías que tenía el término de Morella a principios del siglo XX apenas unas pocas siguen habitadas", relata esta publicación, editada por el Consell Valencià de Cultura. El tío Simón, el último habitante de les Alberedes, abandonó esta aldea del Portell de Morella en el año 1990. Un caserío que llegó a tener más de un centenar de habitantes y que fue el último núcleo habitado de la Comunitat Valenciana en su frontera con Aragón, según relata el libro.

En pleno corazón de la Serra d´Espadà, el caserío del Xinquer se reduce hoy día a muros en ruinas devorados por la vegetación, restos de lo que antaño fueron viviendas, así como una iglesia y un castillo. En 1913 el poblado tenía 28 casas, pero durante la guerra civil se abandonó. El antiguo emplazamiento de Castro (Suera); el caserío de la Mosquera son otros ejemplos de antiguos emplazamientos ocupados y ahora abandonados.

En la cara sur del Penyagolosa, se encuentra la zona con mayor densidad de masías por kilómetro cuadrado del territorio valenciano. La dureza del clima, el aislamiento o la falta de agua han perpetuado la despoblación. Ejemplos hay muchos, como el del Mas Quemado; la Masía de Agustina; el Mas de Villar; La Cimorra; Bibioj o el Mas de la Costa, que llegó a tener hasta escuela. La población emigró hacia Barcelona, Valencia o Castellón o se reagrupó en los pueblos más importantes de la contornada.

El máximo nivel de abandono se vivió hacia finales de los años 70 y principios de los 80, aunque de un tiempo a esta parte se están rehabilitando muchos lugares, como segunda residencia o por personas de otras culturas. Sin embargo, la mayoría de municipios siguen perdiendo población, ya que la gente no vive regularmente.

Signos de la población perdida son la recuperación de las masas forestales, que va avanzando entre lo que fueron antiguos bancales y casas.