Uno de los fenómenos que permite convertir en realidad la paradoja de que los ciudadanos castellonenses lean más libros, aunque compren menos ejemplares y más baratos, es el mayor uso o, al menos, un uso diferente de la oferta gratuita que proponen las bibliotecas públicas.

En el caso de la provincial de Rafalafena, que acaba de incorporar el préstamo de libros electrónicos a su oferta en la capital, los datos del último ejercicio revelan un gran incremento, del 37%, en las visitas recibidas, es decir, de quien acude al centro, bien para consultar y leer allí documentos y libros, o bien para obtener o devolver un préstamo. Estas han pasado de 155.652 en el 2010 a las 213.946 del último año. Indicadores que suponen que más de 800 personas pasan cada día por las instalaciones. Además, se han dado de alta 736 nuevos usuarios, si bien el número total se ha reducido ligeramente. En todo caso, la Biblioteca de Rafalafena ha realizado un importante esfuerzo en el 2011 en cuanto a las actividades de formación, animación lectora y formación, que han acercado a las 157 acciones, frente un número mucho más limitado, de 65, en los doce meses anteriores .

Por su parte, los centros bibliotecarios de Vila-real han logrado incorporar 1.000 nuevos socios y los vecinos de la ciudad han tomado en préstamo 52.244 libros.

Burriana es otro ejemplo de crecimiento en los préstamos (64.019 en el 2011) en la biblioteca pública, con unos cuatro mil más, mientras que la asistencia se ha mantenido estable, por encima de las 89.000 visitas, mientras que los socios han bajado ligeramente, de 995 a 933.

En Segorbe, las cifras que proporciona el centro sobre lo acontecido en el último ejercicio indican que, con una cifra de socios limitada a 205, las asistencias registradas suman, sin embargo, 46.599, con una media diaria que supera el total de 193. H