La crisis económica está obligando a los rumanos de Castellón a irse a otras provincias, como Madrid, Barcelona o Valencia, en busca de trabajo. Así lo aseguran desde la Asociación Rumana, e indican que sus compatriotas no pueden regresar a Rumanía porque están atados a una hipoteca o cobrando el paro y no tienen ayudas para volver a su país. Esta es la situación de muchos rumanos afectados también por la recesión, que perjudicó especialmente a la construcción en la provincia, donde estaban empleados muchos de ellos.

Sin embargo, se da la circunstancia de que muchos de ellos buscan el empleo fuera de Castellón, pero mantienen aquí la residencia o sus familiares.

La mediadora cultural de la Asociación Rumana de Castellón, Cristina Dobre, explica que al mes atienden a unos 150 demandantes de empleo. "Nosotros --incide-- colaboramos con empresas de trabajo temporal y nos llegan ofertas de otras zonas de España, como Barcelona, Valencia, Madrid...". Y la gente no se lo piensa dos veces para irse allí. "Quieren trabajar en lo que sea, pues tienen hijos o están pagando una hipoteca y tienen gastos como todo el mundo", añade. En el caso de las mujeres, la mayoría de los trabajos son para que sean internas en casas.

El aumento de demanda se refleja en la atención diaria en la asociación. "Antes podían venir dos personas al día para interesarse por mejorar el trabajo que tenían y ahora tenemos una media de cinco que busca empleo".

La responsable de la Asociación de Países del Este, Angela Placsintar, coincide al afirmar que mucha gente no regresa a Rumanía, porque no puede económicamente: "Los grupos de marginalidad, que sobreviven de ayudas, deciden quedarse aquí y eso tampoco es bueno".

En el otro extremo figuran los que quieren regresan a su país, pero que no lo hacen, pues la situación allí es desfavorable. El cónsul rumano, Liviu Popa, dijo que este verano en el consulado atendieron "un 25% más de personas interesadas en irse".