La colonia rumana asentada en la provincia de Castellón vuelve a niveles previos a la crisis. La recesión económica se inició en el 2007, coincidiendo con la incorporación de Rumanía a la Unión Europea, y la libre circulación favoreció su proliferación pese a la inicial moratoria laboral. Durante los primeros años del periodo de vacas flacas, la colonia rumana en tierras castellonenses siguió engordando hasta alcanzar su nivel más alto en el 2012, con 57.129 habitantes, momento a partir del cual comenzó a descender. Así, en los tres últimos años, las comarcas castellonenses han perdido 11.445 habitantes procedentes del país del Este. Casi la mitad (48,93%) de los extranjeros que residen en la provincia de Castellón proceden de Rumanía.

Javier Soriano, profesor de Geografía de la Universitat Jaume I de Castellón, explica, a tenor de estos datos, que “los inmigrantes también emigran dada la problemática laboral”. Sin embargo, este experto matiza que “las estadísticas indican que solo este último año las salidas son numéricamente destacadas”.

De hecho, la provincia ha perdido 18.236 extranjeros en los dos últimos años, aunque el grueso (15.801) se han ido entre el 2013 y el 2014. “Esto quiere decir que muchas familias han apurado aquí esperando nuevas oportunidades, pero finalmente optan por emigrar a otros países (generalmente no vuelven al suyo)”.

No obstante, Soriano vaticina que el grueso de la población extranjera optará por continuar en nuestra provincia a pesar de la crisis económica. “Parece que la colonia extranjera va a integrarse y permanecer aquí muchos años más, porque buena parte de esas familias tienen consolidada su posición económica”, señala.

De hecho, la provincia de Castellón continúa teniendo 93.363 extranjeros empadronados, lo que representa que el 15,9% de la población total que reside en nuestras comarcas no tiene la nacionalidad española. De ellos, 45.684 son rumanos. H