Unos 120 son los comerciantes que este año se quedan fuera de la Fira de Santa Caterina, que se celebrará en Vila-real el próximo domingo. Y es que son casi 400 los vendedores que han solicitado al Ayuntamiento poder montar en esta feria anual que, en esta ocasión, contará con un total de 278 paradas, especialmente dedicadas a la venta de “productos típicos de la Navidad, como son los frutos secos, turrones, embutidos artesanos, quesos, mermeladas o miel”.

Así lo informó ayer el concejal de Economía, Pasqual Batalla, quien destacó la consolidación de este evento anual “que es el pórtico de la campaña comercial de Navidad y que es muy apreciada también fuera de Vila-real y de la Comunitat”. Afirmación esta que el edil ratifica al indicar que 70 de los comerciantes proceden de diferentes puntos de España, “como Ciudad Real, Teruel, Murcia, Madrid, Mallorca, Barcelona, Lugo, Córdoba o Cuenca”.

Precisamente, ese afianzamiento en la proyección de la tradicional cita que, incluso, rebasa los límites de la Comunitat es lo que ha llevado a Batalla a admitir la posibilidad de que desde el Ayuntamiento se solicite más adelante elevar la feria a fiesta de interés turístico autonómico (ahora lo es de interés provincial). “La de Santa Caterina es una de las ferias más importantes de la Comunitat”, aseveró el concejal. H