La basílica de Sant Pasqual ha completado los trabajos tendentes a modernizar sus sistema eléctrico, una exigencia formulada por Iberdrola para poder aumentar la potencia contratada y, de esta forma, garantizar el funcionamiento de todos los elementos existentes en el templo, así como también en el Museu del Pouet del Sant y en el convento en el que residen las monjas Clarisas.

Una actuación que avala definitivamente la viabilidad y el funcionamiento del ascensor que permite a personas discapacitadas, mayores y padres con carros de bebé acceder sin problemas a la real capilla, donde se encuentra el sepulcro de Sant Pasqual.

Iberdrola accedió a finales de agosto a ampliar la potencia de la basílica, de forma provisional y hasta que se efectuaran las mejoras requeridas, para permitir el funcionamiento del elevador en cuestión, que acumulaba varios meses sin uso, ya que cada vez que se conectaba saltaba el diferencial y tanto el templo como el museo y el convento se quedaban a oscuras en ese instante.

Según han informado fuentes próximas al santuario, los principales trabajos desarrollados se han centrado en sustituir el anterior cuadro de mandos eléctrico --que ha triplicado su tamaño y posibilidades-- y los contadores, así como el cableado que conecta estos elementos con el ascensor.

Además, también se han cambiado los motores que permiten el funcionamiento del aparato, de manera que los actuales tienen un menor consumo, “a diferencia de los anteriores, que contaban con material fabricado con tecnología de la NASA”, según explican las mismas fuentes.

Por otra parte, desde la asociación de Amics del Pouet del Sant se pide la colaboración voluntaria de los vila-realenses para ayudar a sufragar el gasto generado por esta actuación, así como para mejoras en la puerta que accede al templo desde Polo de Bernabé. H