Vila-real cuenta, desde hace unos días, con una nave industrial menos en ruinas, después de que derribarse la que existía junto a la rotonda de la entrada sur, frente al hipermercado Carrefour y el hotel Vila-real Palace.

Es una menos, sí. Pero el del abandono de edificios fabriles sigue siendo uno de los problemas más complicados de solucionar pese a que, como afirma el concejal de Territorio de Vila-real --departamento en el que se incluye el área de urbanismo--, Emilio Obiol, no cesan las acciones que desde el Ayuntamiento llevan a cabo “para dar cumplimiento a las ordenanzas que regulan la disciplina urbanística, la seguridad, la limpieza y el ornato público”.

De esta forma, las gestiones desarrollas desde la Concejalía que dirige Obiol han dado como fruto la demolición de cuatro de estas naves “que suponían un peligro evidente, máxime teniendo en cuenta que tres de ellas están en el casco urbano”. Una intervención que se inició derruyendo el antiguo inmueble de Fritta en marzo del 2012 y que ha posibilitado dejar como solares totalmente libres un total de 140.000 m2. Al caso de Fritta le siguieron Baldenul --en la zona industrial de la carretera de Onda, frente a la firma Todagrés--, Azuvi y esta última, en pleno acceso sur.

SEGURIDAD // Obiol destaca que “el abandono de factorías es un problema generalizado que comparten los municipios del entorno”. Y alerta del “peligro” de este tipo de edificaciones sin control, a la vez que hace hincapié en que se trata de un asunto “que afecta a la seguridad pública”.

Es por ello que asegura que desde su departamento se gestiona “por el interés general”, hasta el extremo que las dos últimas actuaciones las han acometido sus actuales propietarios. “Es un camino largo, ya que, normalmente, los dueños son entidades financieras y en la mayoría de los casos la respuesta a las reclamaciones del Ayuntamiento es nula o se hace excesivamente costosa en el tiempo”, explica el edil.

En concreto, la última de las demoliciones ha dejado un solar de 4.773 m2 completamente despejado que, como la mayoría, el banco propietario tiene en venta. Y a estos metros cuadrados se suman los alrededor de 5.000 de Baldenul, los 30.000 de Fritta y los 100.000 de Azuvi. H