El final de las restricciones por la pandemia del coronavirus está permitiendo retomar de la manera habitual el calendario de romerías a la Cueva Santa de Altura.

Así, y como ocurre en cada tercera semana de mayo, este domingo fue el turno de los vecinos de Viver, que dos años después pudieron volver a mostrar su devoción en la Cueva Santa.

En este caso, como viene siendo habitual, fuer la asociación Mujeres de Viver, junto al Ayuntamiento, la encargada de organizar la romería.

Tal como han apuntado desde el consistorio, "la participación fue muy alta, y pese al calor excepcional de la jornada, los participantes lo pasaron muy bien". 

Los peregrinos, durante el trayecto a la Cueva Santa. Mediterráneo

El santuario de la Cueva Santa está considerado desde tiempos ancestrales como centro espiritual y espacio propicio para rituales sagrados, así como refugio para los pastores trashumantes y caminantes que por allí transitaban. Este fue su destino hasta que en los preámbulos del siglo XVI, entre 1502 y 1508, es descubierta en el interior de la gruta la imagen que con posterioridad se denominó Virgen de la Cueva Santa.

Se trata de un bajorrelieve atribuido a Bonifacio Ferrer, fechado a principios del siglo XV. La mayor parte de las construcciones se realizaron en la primera mitad del siglo XVII. En 1645 se construyen las actuales escaleras a la cueva, y las capillas de la Comunión y del Santo Cristo a cargo del maestro de obras Manuel Alcahín.

Cabe recordar que en 1955 Nuestra Señora de la Cueva Santa es proclamada patrona de los espeleólogos, y en 1961, junto con san Pascual Bailón, fueron proclamados patronos de las diócesis de Segorbe-Castellón.

El destino final de los romeros. Mediterráneo