Caso Abierto - El Periódico Mediterráneo

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PRESUNTO PARRICIDIO

El acusado de asesinar a su hijo en Almassora da su versión en su derecho a una última palabra

El abogado destaca la ausencia de pruebas que acrediten el asesinato y los malos tratos habituales

CASTELLON. JUICIO PARRICIDA ALMASSORA

El acusado de asesinar a su bebé a golpes en Almassora en septiembre del 2020 hizo uso de su derecho a la última palabra en el juicio con jurado popular celebrado esta semana en la Ciudad de la Justicia de Castelló. Tras pedir disculpas por no haber declarado en la primera sesión alegando ansiedad dijo sentirse más tranquilo y ofreció su versión de lo ocurrido aquel día de septiembre. "En principio yo no estaba, me fui a las siete de la mañana, pero no me fui exactamente a trabajo sino estaba buscando porros y tabaco y otras sustancias, cuando fui a casa estaba así el chiquito yo no pude ver nada. Si ha sido ella, queriendo o sin querer, yo la verdad es que no lo sé. Lo que ha dicho el fiscal de que 2 o 3 días antes que se cayó no lo vi nada más que lo pude escuchar porque yo estaba viendo la televisión pero a mí me dijeron que si se había caído más veces yo dije la verdad, que sí".

In dubio pro reo

Por su parte, el abogado defensor pidió que se aplique a su patrocinado el principio de in dubio pro reo, asegurando que "puede que sea un mal padre, puede que fuera un niñato que no tiene capacidad de gestionar absolutamente nada pero no es un asesino". Argumentó que quiso salvar la vida al bebé yendo al hospital, lo que, a su juicio, prueba que no hubo intencionalidad. Apuntó que la madre del bebé --era menor cuando sucedieron los hechos ya condenada por un delito de asesinato por omisión-- ha dado varias versiones. De hecho, indicó que se han dado hasta cinco distintas. "Existen dudas de la fiabilidad de la declaración", dijo, alegando que no se cumple el principio de firmeza a lo largo del procedimiento ni las pruebas acompañan.

En cuanto a que hubiera maltrato habitual, el letrado incidió en que este no ha quedado acreditado, pues ni los asistentes sociales ni los pediatras que visitaron al niño vieron absolutamente nada a pesar de que según la madre lo golpeaba casi a diario. Tampoco asegura queda acreditado que fuera el acusado quien provocara la rotura del brazo del bebé el 23 de enero de 2020.

Trauma

Por su parte el forense argumentó que el golpe que presentaba el bebé en la cabeza tiene una "etiología médico legal homicida". Esto significa que hay una tercera persona involucrada argumentando que es improbable que un niño de 10 meses se caiga solo porque no tiene autonomía. También descartó la teoría de que fuera fruto de una sucesión de golpes de pequeña intensidad. "Es un golpe único, no una sucesión", aseveró. Los expertos también destacaron que no se han descrito que el menor presentara cicatrices en el cuero cabelludo que indujeran a pensar en una proyección de sangre hacia fuera más allá de las propias de la intervención quirúrgica a que se sometió al menor en el hospital.

Esto parece contradecir el testimonio de una de las testigos, que aseguró que en el baño había visto restos de sangre. Tampoco los guardias civiles que acudieron a la inspección in situ detectaron salpicaduras de sangre en el plato, pared o puerta de entrada.

El menor también presentaba hematomas en el tronco y en el muslo de color marronáceo que debieron producirse días antes de la muerte del menor.

El menor fallecía el 15 de septiembre dos días después de los hechos, en el hospital al no haber podido superar las graves lesiones como consecuencia del traumatismo craneoencefálico que sufrió.

Respecto a la fractura espiroidea de húmero del menor ocurrida meses antes, el 23 de enero de 2020, señaló que no es horizontal, por un golpe directo, sino que lo más probable es que alguien le haya retorcido el brazo. "Es la fractura típica de una tracción torsión", aclaró, admitiendo que pueden ser fruto de tirar del bebé.

Fiscal

Por su parte, el fiscal mantuvo sus conclusiones considerando al acusado autor de un delito de asesinato, otro de lesiones y uno de violencia doméstica habitual. Argumenta que existe una acumulación de pruebas que no han sido neutralizadas. Descartó, por tanto, que el fallecimiento fuera por causa de una sucesión de pequeños golpes (por la versión de los forenses) o de que se hubiera caído mientras la madre lo bañaba dos o tres días antes, pues los agentes no hallaron salpicaduras en el baño ni según los forenses hubo sangrado externo (fue intracraneal) ni por la nariz. Sí defendió que estos fueron causados por los golpes presuntamente propinados al bebé por el acusado contra la pared. Defendió que los agentes no hallaron restos porque la pared era muy grande y solo la tomaron de los tres puntos de la casa donde les indicó la madre. Aseguró que hay que dar credibilidad a la última versión de la madre asumiendo ella parte de la responsabilidad. "No parece que sea por mejorar su situación ni tampoco tiene especial animadversión", argumentó. Consideró que no es creíble la versión del acusado de que tras irse a dormir a las 4.00 se fue a las 7.00 a trabajar con un cuñado y sus primos". Esta fue la primera versión que dio el acusado, ya que este miércoles la ha modificado. "Cuadra más la explicación de que el acusado no toleraba bien al bebé, tras acostarse a las 4.00, a las 8.00 el bebé empezara a llorar y no aguantó", indicó, asegurando que no fue un arrebato pero sí hubo ánimo homicida- Argumenta que hubo alevosía porque el menor no tuvo posibilidad de defensa y sí hay intencionalidad, así como la agravante de parentesco.

El caso ha quedado visto para sentencia y este jueves se entregará al jurado el objeto del veredicto para su deliberación.

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